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Las clínicas en la educación jurídica

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La clínicas como un modelo de educación son una propuesta para reformar la pedagogía del Derecho a la luz del discurso de los derechos humanos y de las necesidades sociales actuales. Nadeshda Vargas Stepanenko y Ana Guadalupe Correa Torres comparten sus reflexiones al respecto desde su experiencia con la Clínica Internacional de Derechos Humanos.


Los denominados derechos humanos se han desarrollado de manera vertiginosa desde la posguerra hasta nuestros días, tanto a nivel internacional como en los distintos sistemas regionales y nacionales que componen el orbe. A este exponencial desarrollo va aparejada una multiplicidad de aproximaciones teóricas y prácticas desde diferentes disciplinas, destacándose el Derecho y sus ciencias auxiliares. Así pues, hemos visto cómo los programas de estudio de las diferentes universidades y escuelas que imparten la carrera de Derecho se han adaptado para incluir no sólo materias sino también espacios de discusión y promoción de la cultura de los derechos humanos.

Hoy, en el mercado de la educación jurídica de nuestro país la oferta incluye numerosos cursos, especialidades, diplomados, conferencias, seminarios y demás nomenclatura educacional en materia de derechos humanos; sin embargo, los esquemas de unos y otros siguen siendo muy similares: el auditorio, la exposición del experto o la experta, seguida de una brevísima oportunidad para hacer preguntas y culminando con el aplauso de los participantes, quienes gustosamente procederán a agregarlo a su currículum, olvidándose de la perspectiva de “ser humano” y de la realidad que enfrentan los “vulnerados”. 

Este esquema tan difundido del que todos hemos sido tanto promotores como víctimas hoy resulta insuficiente, pues es claro que un concepto de la magnitud de los derechos humanos no puede comprenderse verdaderamente sin el acercamiento a la realidad en la que se gestan: los rostros y los nombres de aquellos que sufren su vulneración.  

Por esta razón, la educación en temas de derechos humanos exige y requiere un enfoque más práctico, más humano y más activo. En este sentido, las clínicas surgen o resurgen como una opción no sólo de aprendizaje sino de investigación, visibilización y sensibilización de los derechos humanos, esto es, para hacerlos parte de nuestra cultura y de nuestra vida diaria. 

¿Qué es una clínica?

El modelo de educación por medio de clínicas es ampliamente conocido en Estados Unidos, en Europa y en algunos países de América Latina. Las clínicas tienen como objetivo proporcionar herramientas para que los estudiantes, de manera supervisada, adquieran habilidades y conocimientos en campo que fortalecerán su desempeño en el ámbito educativo y profesional. Además, el modelo de las clínicas ayuda a explorar posibilidades de desarrollo profesional, adquirir experiencia de primera mano en las dimensiones prácticas y éticas de la profesión y fortalecer otras herramientas fundamentales en el ámbito laboral y educativo, como la redacción, la capacidad de análisis y síntesis, el manejo de conflictos, la gestión de recursos, la negociación, el trabajo en equipo y la comunicación, por mencionar sólo algunas.

¿Desde cuándo existe en la educación jurídica el esquema de clínicas? ¿Ha sido exitoso? ¿Qué ejemplos existen a nivel internacional?

El esquema de una clínica internacional de derechos humanos ha sido implementado con éxito por instituciones como Harvard, Stanford, Columbia, Duke, Berkeley, Universidad de Chicago, American University, Universidad de Santa Clara, Universidad de Boston, Yale, NYU, entre otras, en Estados Unidos, y en Reino Unido, en universidades como Cambridge, Essex, Sussex, Bristol y Birmingham; así como otras en Europa y en Oceanía.  

El concepto de clínica en estos países surge como oposición al método tradicional de enseñanza del Derecho, específicamente, equiparando la ciencia del Derecho con la ciencia médica, en la que todos los estudiantes forzosamente deben cumplir con horas de práctica para acreditar la carrera. Las clínicas han logrado una doble ventaja: no sólo preparar a los alumnos para la práctica profesional, sino también acercarlos a las necesidades de la población.  A finales de la década de 1990 se incorpora en América Latina una red de Clínicas jurídicas de interés público en universidades en Argentina, Chile y Perú, con la idea de aplicar esta metodología teórico-práctica en la evolución de la enseñanza jurídica.

¿Qué es una clínica de derechos humanos?

Una clínica de derechos humanos combina una aproximación teórico-práctica a la investigación, promoción y defensa de los derechos humanos internacionales con un sentido profundamente social y de contacto directo con temas y víctimas de violaciones de derechos humanos. En un ámbito vanguardista busca la interdisciplinariedad como eje rector, poniendo en contacto a los alumnos con estudiantes y expertos de otras carreras y disciplinas para desarrollar un modelo de investigación totalmente novedoso.

La metodología que se busca en esta clínica va más allá del aspecto “teórico y litigioso” que caracteriza a otros esquemas de enseñanza. A sabiendas de que estamos en un punto clave del uso de medios y tecnologías de la información, la clínica tiende a generar un impacto viral para obtener resultados masivos: las redes sociales y los sitios web, así como las campañas de visibilización, los foros nacionales e internacionales, los blogs de opinión y difusión, son herramientas fundamentales para lograr un verdadero contacto con la sociedad y una inculturación de los derechos humanos. 

¿Por qué instituir una clínica de derechos humanos en nuestro país?

En México, las pocas clínicas de derechos humanos que existen son estrictamente jurídicas, es decir, diseñadas para los estudiantes de la licenciatura en Derecho. La evidencia, a lo largo de años de desarrollo y trabajo de estas clínicas, ha demostrado que las nuevas generaciones de personas defensoras de los derechos humanos no son necesariamente abogadas o abogados, ni necesitan sólo contar con un enfoque jurídico hacia las violaciones de los derechos humanos. Por eso, una visión interdisciplinaria reconoce la realidad de la defensa y la promoción de los derechos humanos, además de que proporciona la oportunidad de contar con una visión más amplia sobre la realidad y permite generar vínculos con diversas áreas de desarrollo profesional que fortalecen la experiencia de los estudiantes que sean parte de esta clínica.

¿Para qué sirve una clínica de derechos humanos?

En primer lugar, para fomentar en la comunidad estudiantil y profesional la conciencia y la justicia social y humana que requieren los futuros profesionistas, a través de métodos de enseñanza vanguardistas, y generar, a partir de la investigación integral (documental y de campo), resultados tangibles en beneficio de grupos vulnerables. 

Se espera que los estudiantes y los participantes desarrollen las herramientas necesarias para elaborar una metodología de investigación y documentación de casos de violaciones a los derechos humanos, así como mecanismos estratégicos de defensa, incluyendo, pero sin limitar la preparación de expedientes amicus curiae en conjunto con organizaciones no gubernamentales, medios alternativos de solución de conflictos (mediáticos), peticiones a organismos locales e internacionales (Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Organización de las Naciones Unidas, etcétera) y otras formas de advocacy no necesariamente jurídicas o adversariales. De igual manera, se les permite obtener experiencia práctica en ámbitos no convencionales (entrevistas a víctimas, autoridades y población en general).

¿Cómo funciona una clínica de derechos humanos?

Se parte de un grupo conformado por estudiantes y/o profesionistas, “interdisciplinario” (diferentes áreas del Derecho, la medicina, la psicología, la sociología, etcétera), mediante el cual desarrollan, practican y aplican sus conocimientos en búsqueda de un fin común: coadyuvar con instituciones, activistas, autoridades, organizaciones no gubernamentales y sociedad civil en su conjunto, para proteger y promover los derechos humanos. La coadyuvancia se realiza mediante la investigación y el estudio de situaciones reales y concretas, a través de un esquema único que aporte un valor significativo a la comunidad de nuestro país y que, además, permita que los estudiantes de diversas carreras, en un ambiente supervisado y con un enfoque humanitario, obtengan de manera sustantiva y práctica los conocimientos y las habilidades necesarios para investigar, conocer, documentar, proponer soluciones y tener una participación en foros nacionales e internacionales de los diferentes temas planteados. En este sentido, a través de este proyecto se persigue agrupar a la comunidad de profesionistas de los derechos humanos, que se enriquezca de las aportaciones de distintas disciplinas, a efecto de crear una conciencia más profunda, más humana y más social y que la misma se materialice en la práctica con base en el apoyo a los grupos más vulnerables y más afectados por violaciones sistemáticas a sus derechos humanos.

¿Cuáles son los beneficios de una clínica de derechos humanos en la educación jurídica?

La clínica propone beneficios para todos los actores participantes:

a) Sociedad civil.

• Investigación profunda y experimentada en temas relevantes relacionados con violaciones a derechos humanos que atañen a la sociedad civil y su planteamiento en foros nacionales e internacionales; campañas de prevención, difusión y educación para la sociedad, e incidencia en las políticas públicas nacionales.

b) Instituciones de educación superior

• Modelos de enseñanza novedosos para proporcionar experiencia práctica interdisciplinaria a sus estudiantes.

• Otorgamiento de habilidades y competencias de justicia social a sus alumnos.

• Prestigio y visibilidad en el ámbito de la defensa de los derechos humanos internacionales.

• Posibilidad de publicar y participar en la formación de las políticas públicas.

• Convenios con universidades y clínicas en el extranjero.

c) Estudiantes 

• Desarrollo de habilidades de investigación, fact finding, advocacy, defensa estratégica, y comunicación social, que nunca antes se habían enseñado.

• Obtención de experiencia práctica interdisciplinaria.

• Participación e intercambios con clínicas y universidades nacionales y del extranjero.

• Liberación de su servicio social u obtención de créditos académicos.

• Colaboración directa con grupos vulnerables de la sociedad de manera supervisada y dirigida, transmitiendo a los estudiantes una visión de colaboración y justicia social.

• Viajes en el país y en el extranjero para investigación y resolución de los temas.

• Promoción de organizaciones no gubernamentales.

• Obtención de talento especializado a la medida.

• Beneficios de un análisis y una investigación imparcial.

• Reducción de costos operativos.

• Adquisición mayor visibilidad en el ámbito académico 

¿Qué es la Clínica Internacional de Derechos Humanos CAVAC?

CAVAC es una asociación civil sin fines de lucro, no gubernamental, sin afiliación política ni religiosa dedicada a la enseñanza, la investigación y la visibilización en materia de derechos humanos internacionales.

Preocupados por la falta de educación práctica, sensibilidad y conciencia social en la población y, principalmente, en la juventud, pugnamos por la incidencia y el impacto social, a través de diferentes estrategias, encaminadas a resolver los problemas que se presentan en la actualidad en relación con la sistemática violación de derechos humanos; estrategias que incluyen, entre otras, la promoción de la participación organizada de la población en acciones que mejoren sus condiciones de subsistencia y de seguridad ciudadana.

Hoy en día, CAVAC ha trabajado de la mano de instituciones educativas de alto prestigio como la Escuela Libre de Derecho, la Universidad Iberoamericana y el Instituto Tecnológico Autónomo de México, entre otras, así como con organizaciones no gubernamentales y de la sociedad civil de nivel internacional como Amnistía Internacional, Alma Migrante o Reinserta. Entre los temas que se han abordado se encuentran los siguientes: derechos de los migrantes, derecho a la salud del personal médico durante emergencias sanitarias, violencia de género y feminicidios, derechos de personas privadas de su libertad y derechos de niños cuyos padres se encuentran en situación de privación de la libertad, criminalización de las protestas, entre otros.

En todos estos proyectos los participantes de la clínica han desarrollado herramientas de investigación propias y diseñadas especialmente para cada caso y han recabado información directamente de personas afectadas por la vulneración de sus derechos, así como de elementos policiales que, en muchos casos, desconocen los derechos humanos y su aplicabilidad. Todo lo anterior ha brindado a los participantes la oportunidad única de conocer la realidad de los derechos humanos, más allá de un libro de texto, o una conferencia en un elegante auditorio. El trato directo con víctimas, para conocer sus circunstancias, siempre ha tenido como consecuencia un cambio de perspectiva en el investigador o en el estudiante. No es lo mismo leer un testimonio en blanco y negro, sentado frente a una computadora y bebiendo un café, que hablar frente a frente con una persona, con otro ser humano, en quien somos capaces de reconocernos a nosotros mismos. 

A continuación se presentan algunas opiniones de quienes han participado en CAVAC

E: ¿Cómo ha sido la experiencia en la clínica? ¿Te ha gustado? ¿Qué opinas?

Estudiante (mujer): Te divierte, te distrae, te saca de libros, te saca de teorías, te saca de todo eso y te enseña que existe la práctica y que lo puedes ver en una materia y además es divertido verlo.

E: ¿Qué te parece la experiencia? ¿Habías tenido alguna similar?

Estudiante (hombre): Es una muy buena experiencia. Yo creo que, como muchos chavos de mi edad, nunca había participado en algo así; nunca había hecho un voluntariado, incluso. 

E: ¿Hace alguna diferencia en tu formación profesional, ser parte de una clínica de derechos humanos?

Estudiante (hombre): Uno se separa del papel impreso, que es lo que los abogados estamos acostumbrados a ver, y ve la realidad yendo y conociendo. Es la conjunción de dos elementos: la práctica y la teoría. 

E: ¿Qué opinas de este esquema? ¿Ya conocías este tipo de clínicas antes de ser parte de una?

Estudiante (mujer): Es un concepto diferente; o sea, no es algo que se haga en México normalmente y descubres este concepto nuevo y lo ves en tu escuela y dices: “No, pues, es algo que quiero tomar”. 

E: ¿Cómo podrías describir la experiencia en una clínica de derechos humanos? ¿Cuál ha sido el resultado?

Estudiante (hombre): En síntesis, te ofrece la vivencia del campo, la vivencia de la práctica, cuestión que la escuela, desde nuestra perspectiva, no ofrece y es algo muy bonito que se tiene y que se debe vivir.

E: ¿Podría contarnos un poco acerca de cómo funciona una clínica de derechos humanos?

Nadeshda Vargas Stapanenko, directora de Cavac: Cavac es una asociación civil sin fines delucro que tiene dos vertientes principales: por un lado, la enseñanza, y por otro lado, la investigación documental y de campo.

E: ¿Es necesario el esquema de clínicas de derechos humanos en el país?

Ana Guadalupe Correa Torres, directora de Cavac: Las clínicas que existen en México, además de que son pocas, son sumamente jurídicas y francamente la sociedad ya exige la visibilidad, la acción social directa con las víctimas.

Conclusión

Como puede apreciarse, sin bien el esquema de clínicas de derechos humanos no puede sustituir al esquema tradicional de cátedra, sí es definitivamente complementario y benéfico, no sólo para estudiantes, sino también para profesionistas que se dedican a la promoción y la defensa de los derechos humanos tanto en México como en el mundo.  Su principal ventaja radica en el acercamiento real de los participantes a personas y a situaciones en las que los derechos humanos son vulnerados, lo cual genera un verdadero cambio de perspectiva al permitir la identificación con el “otro”. Más allá de la discusión académica y el desarrollo de soluciones litigiosas y adversariales, el participante en una clínica de derechos humanos, especialmente en una interdisciplinaria, buscará soluciones más acordes con la realidad actual y, sobre todo, pugnará por la visibilización de esta realidad para generar conciencia en la población así como inculturación de los derechos humanos en nuestra vida diaria.

El éxito del esquema de las clínicas en otros países habla por sí solo y nos empuja a reproducirlo en nuestro país, pero con un particular énfasis en nuestras circunstancias particulares. No es exagerado comentar que el futuro de la educación jurídica apunta hacia la proliferación de clínicas, no sólo en materia de derechos humanos, sino en general. Por esa razón hoy es fundamental que las instituciones educativas inviertan en la implementación de clínicas para ofrecer a su alumnado más opciones de formación, que sean a la vez enriquecedoras y novedosas.

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