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Moisés Sabanero: Comunicación parlamentaria

Moisés Sabanero

Moisés Sabanero | Foto: David F. Uriegas ©

¿Cuáles son los retos a los que se enfrenta el medio de difusión del trabajo que se hace en el congreso de la Ciudad de México? ¿Cómo se enfrenta a la coyuntura política y se mantiene independiente? ¿Cuál es su relevancia en la construcción de la cultura política del país? Sobre estos y otros temas platicamos con Moisés Sabanero, secretario técnico del comité del Canal del Congreso de la Ciudad de México.


Moisés Sabanero es secretario técnico del comité del Canal del Congreso de la Ciudad de México. Estudió Derecho en el Instituto Tecnológico Autónomo de México.


Para introducirnos a tu trabajo en el Canal del Congreso, me gustaría preguntarte: ¿Qué haces ahí?

El Congreso de la Ciudad de México ahorita es un lugar interesante por la dinámica política que existe tanto a nivel nacional y a nivel local en la ciudad de México. Como bien saben, en 2021, en la elección intermedia, hubo un resultado histórico por el que la oposición ganó 9 de las 16 alcaldías y logró aumentar el número de curules que tenía en el Congreso local, que es de 66 diputados. Desde el inicio de esta segunda, ha habido una dinámica muy polarizada entre las fuerzas del oficialismo y las fuerzas de oposición. Además de interesante, ha sido un poco caótico por el nivel de confrontación que hay entre estas dos posturas. Esta es una legislatura muy compleja.

Actualmente me desempeño como secretario técnico del Comité del canal de televisión del Congreso. El comité es similar a una comisión pero se encarga simplemente de estar viendo la dinámica que tiene el canal de televisión que difunde, no sólo las sesiones tanto de comisiones como del pleno, sino también de otros programas y entrevistas. Es un espacio muy importante que cuida que la difusión se haga en los términos más objetivos e imparciales posibles.

¿Cómo es trabajar desde los medios del Congreso? ¿A qué retos te enfrentas?

Estamos en un ambiente totalmente político. Es muy complejo que el canal logre llevar una línea imparcial; al final del día, si se entrevista a un funcionario del gobierno la oposición salta y presenta una queja. Sin embargo, yo creo que es importantísimo que la televisión parlamentaria lleve una línea lo más autónoma e independiente posible. Yo sé que es complejo, pero para evitar estos malos entendidos y que pueda tensar aún más la de por sí polarizada relación que hay en el Congreso, desde el comité nosotros simplemente podemos exhortar a que se lleve una línea más parcial o que no se toquen temas 100 % políticos sino que se aborden también temas coyunturales que le interesen y que afecten a la ciudadanía. Eso es en lo que se tendría que enfocar la televisión pública y concretamente la televisión parlamentaria.

¿Cómo se enfrentan a la comunicación el Congreso para que no sea aburrida? Al final de cuentas, hay un tema importante sobre la divulgación de su contenido para la construcción de la democracia y del estado de derecho.

Reconocemos que son temas muy áridos y los mismos diputados reconocen que son temas muy difíciles de acercar a la gente, porque son muy tediosos y técnicos, y la gente no entiende muy bien que se está aprobando, que se está discutiendo, cuál es la diferencia entre la iniciativa o el dictamen que realizan las comisiones. Ese es el gran reto que existe por parte de la televisión y los medios públicos: tratar de ciudadanizar el lenguaje tan técnico y político que hay en este medio y hacerlo mucho más cercano a la ciudadanía.

Una gran ventaja son las redes sociales. Cada vez hay más formatos donde vemos que micro contenidos ayudan a hacer muy digerible el contenido tan denso que puede darse en el ámbito jurídico–político. Pero no tengo una respuesta de cómo hacerlo, porque reconozco que es muy difícil y la verdad es que a la gente le interesan los resultados y no tanto todo el forcejeo político; además creo que puede resultar decepcionante para la ciudadanía ver, durante las mismas sesiones, cómo los propios legisladores dejan a un lado lo político y se meten en cuestiones personales, en confrontaciones que rebajan mucho el nivel de lo que tendría que ser una buena política, y eso abona a desinteresar a la gente en relación con estos temas. Ahí está el gran reto, y no solo del Canal del Congreso o de los medios en general, sino también de los propios políticos y legisladores: hacer mucho más digerible la información.

Me llama mucho la atención pensar que estamos viviendo una segunda legislatura apenas, eso habla de lo joven que es la Ciudad de México. Esta segunda legislatura está por concluir. ¿Qué retos  políticos, sociales y propiamente legislativos se tienen para el 2024?

En cuanto al tema de los retos legislativos, esta legislatura y el Congreso de la Ciudad de México han sido muy criticados por ser muy poco productivos. Para finales del 2022, se habían presentado, en promedio, 1500 iniciativas de las cuales tan solo se habían dictaminado 176; estamos hablando de una productividad de entre el 10 % o el 11 %. De nada te sirve presentar 1500 iniciativas si solo se discuten, se analizan y se votan o aprueban 176. Ese es un problema legislativo que obedece a cuestiones políticas, que congela el trabajo en el Congreso.  

En cuanto se presenta una iniciativa se turna a las comisiones, mismas que tienen 45 días naturales para dictaminar. Las comisiones pueden pedir una prórroga de otros 45 días; en este sentido, la mayoría de las iniciativas tendrían que estar dictaminándose entre 45 y 90 días. Sin embargo, ni la ley ni el reglamento prevén cómo rescatar las iniciativas que, pasado ese lapso de tiempo,tienen que archivarse, lo que resulta en que el 89 % terminen con esa suerte. 

Ese es un problema muy grave porque devela la falta de acuerdos o de generosidad política para avanzar los temas propiamente legislativos, poniendo en el centro de las discusiones, la mayor parte del tiempo, debates estériles a través de los cuales la oposición ataca al gobierno y el oficialismo lo defiende y ataca a la oposición.

Ahora, viéndolo desde una perspectiva mucho más amplia y tomando como antecedente la elección del 2021 rumbo al 2024, yo creo que el último año de esta legislatura va a ser mucho más complicado porque evidentemente los temas políticos de campaña se van a trasladar al Congreso y se va a utilizar como una trinchera más para las diferentes fuerzas políticas para posicionar a sus partidos o para lastimar o atacar a los contrarios. Es un reto inmenso y esa dinámica poco le favorecerá a la ciudadanía.

¿Cómo puede el Canal del Congreso mantenerse independiente del contexto político?

Mantener una independencia absoluta es casi imposible porque está inmerso en la dinámica política; sin embargo, pienso que tiene que hacerse un esfuerzo extraordinario para mantenerse al margen y brindarle espacio a las partes para que todas puedan exponer sus ideas y que se aborden temas estrictamente legislativos.

¿Cuál es el impacto que están teniendo las juventudes en las decisiones políticas del país?

Tanto en el Congreso local como en el federal he visto que las juventudes cada vez más se involucran en la política, y que poco a poco van teniendo mayor impacto. En el Congreso hay diputadas y diputados bastante jóvenes y eso ayuda a refrescar el debate público.

Hay un reto inmenso, no solamente para los jóvenes, sino para la población en general, que es involucrarse muchísimo más en los temas políticos. Las juventudes que estemos involucradas en la política tenemos la responsabilidad de atraer y de hacer ver a las demás juventudes que no solo es un espacio muy padre donde uno puede conocer personas y crecer personal y profesionalmente, sino que también implica un deber cívico muy importante si queremos cambiar las cosas. 

¿Qué papel juega el Canal del Congreso en la construcción de cultura política?

Si la democracia se reduce (como suele suceder en muchos países incluido México) a las votaciones, es como darle un cheque en blanco a nuestros representantes para que de alguna manera hagan lo que quieran. Toda democracia implica un proceso más complejo que la simple participación un día a cada tres años, en el que como ciudadanos tenemos el deber de estar acompañando críticamente a quienes elegimos, para exigirles que rindan cuentas, que nos digan qué han hecho. Al final del día, la democracia implica un involucramiento muy activo por parte de la sociedad civil. Y los medios de comunicación tienen el reto de informar a la ciudadanía la información y brindarle las herramientas con las cuales sepa qué es lo que está pasando en el contexto político, así como hacer un llamado a la acción para que se involucre. 

A mí me llenó de orgullo ver la concentración en defensa del INE; a mis 30 años nunca me había tocado ver una concentración tan genuina y espontánea de gente que quisiera defender sus instituciones. Estos ejercicios nutren mucho la democracia.

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Desde tu perspectiva, ¿por qué es importante que quienes nos leen de otras entidades federativas estén atentos a lo que acontece en el congreso local?

La zona metropolitana del Valle de México es una caja de resonancia a nivel nacional muy importante. Esto lo podemos ver como una espada de doble filo; por un lado, podemos criticar el centralismo político y económico que existe en nuestro país; por otro lado, se pueden tomar muchos aprendizajes porque aquí inician muchas tendencias de cambios  legislativos que se retoman en otras entidades federativas; por ejemplo, en materia de derechos, la Ciudad de México ha estado históricamente a la vanguardia. Tomar las buenas prácticas que se lleguen a dar en la Ciudad de México y corregir aquellos vicios que también pudieran darse, es de suma importancia.

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