¿De dónde viene, magistrado, y cómo concibe la justicia?
Irving Espinosa – Soy un ciudadano mexicano que quiere mucho a su ciudad, a su país, a la gente con la que he caminado y defendido las causas sociales de los estudiantes, del magisterio, de las comunidades, de las personas más pobres, en defensa de sus viviendas, de su territorio; soy alguien que se siente parte de este pueblo y que sin lugar a dudas pone al servicio de la gente, y sobre todo de su comunidad, los conocimientos que ha adquirido en las instituciones de educación pública y que espera no fallarles ni defraudarles.
La justicia es un concepto sobre el que seguramente todos quienes hemos estudiado derecho hemos entrado en debate; hay infinidad de escritos, desde la época romana hasta nuestros días, al respecto. Podríamos definir a la justicia a partir de lo que es injusto, pues es mucho más fácil entender lo justo así: desde la discriminación, la desigualdad, la inequidad. Si estas cosas son injustas, entonces la justicia tiene que ver con principios, con valores, con actitudes, con acciones. Ese es el reto que tenemos. La justicia no solamente es un concepto que debe estar arraigado en las personas que nos dedicamos al ejercicio del derecho. Se trata de un concepto mucho más amplio que implica la forma como también nos relacionamos en nuestra comunidad. Puede haber juzgadores y juzgadoras que traten de impartir justicia, pero que en sus comunidades no sean justos. Es un concepto mucho más amplio que está influido por valores de carácter ético.
¿Cómo concibe el panorama general de la justicia en México?
Irving Espinosa – Para reflexionar: la reforma de la justicia es un concepto mucho más grande que empieza con la reforma al Poder Judicial. La justicia tiene otras implicaciones más profundas desde mi punto de vista: implica una reforma profunda a las fiscalías generales de justicia, tanto de la República como de las entidades federativas. También implica incidir en las defensorías de oficio. La reforma además tiene que llegar a las universidades porque ahí es donde se forman los profesionistas que después van a ser los litigantes, que van a ser los académicos, que van a ser las personas que estén en el foro jurídico, y que van a ser los juzgadores. Obviamente, esta reforma no solamente tiene que incidir en las instituciones. El reto es que trascienda en nuestra comunidad, porque hay que reconocer que la paz y el bienestar deben ser producto de la justicia social, y si no lo vemos en nuestra realidad, en nuestra comunidad, de manera diaria y cotidiana, de manera que para nosotros la justicia sea algo constante y permanente, que la vivamos a diario, entonces este gran país que tenemos no va a mejorar. La transformación tiene que ir avanzando a corto, mediano y largo plazos.
¿Cómo combatir la corrupción dentro del Poder Judicial?
Irving Espinosa – Uno de los elementos indispensables tiene que ser acabar con el nepotismo. Porque el nepotismo genera un conflicto de interés muy grande. Reconoce la propia ministra Norma Piña que 38 por ciento del personal del Poder Judicial de la Federación tiene por lo menos una relación de parentesco dentro del propio tribunal. Eso, sin lugar a dudas, genera sospecha. Acabar con el tráfico de influencias es algo que ayudará a eliminar la corrupción, barrer la casa de arriba abajo. Aunado a ello, hay que separar la justicia del poder económico y del poder político.