Elegir

En toda ficción, cuando un hombre se enfrenta a alternativas, elige una en detrimento de las demás. En la casi insondable Ts’ui Pen, las elige simultáneamente todas. Crea así diversos futuros, diversos tiempos que dan origen a otros que, a su vez, se ramificarán y bifurcarán en otros tiempos. Esa es la causa de las contradicciones de la novela.

Jorge Luis Borges, El jardín de senderos que se bifurcan

Son múltiples las realidades que existen al mismo tiempo en el mismo espacio. Estas realidades, conocidas a través de sus narraciones, pueden o no tener puntos de convergencia o hasta ser contradictorias. No obstante, configuran, para quienes se adhieren a su narración, el eje rector de sus vidas, de sus relaciones y de sus decisiones, porque desde ahí se configura su sistema de creencias.

En ocasiones las narraciones convergen en algunos aspectos que hacen posible su coexistencia en armonía; otras veces, cuando divergen, unas realidades terminan por imponerse a otras. En las grandes sociedades como la mexicana ambas hipótesis suelen ocurrir. Independientemente de la realidad que se habite, ésta se convierte en el eje rector de la vida de sus adherentes y determina la forma en que actúan hacia dentro y hacia fuera de su comunidad, dotando de sentido a su actuar con base en el esquema narrativo del que deriva y propiciando que su sistema de creencias se vaya materializando a la par de otros, o por encima de éstos; es decir, que su sistema de creencias se vaya insertando en las amplias estructuras sociales, como la política, la económica o la jurídica. 

Cuando se toman decisiones, por lo general se hace con base en el esquema narrativo al que se pertenece, de manera que las decisiones sean congruentes con éste; sin embargo, algunas decisiones se tienen que tomar, a pesar de nuestro propio sistema de creencias, sobre otras realidades que son contradictorias con la propia. Esto sucede cuando ha sido una la que se ha superpuesto a las demás. Elegir, en estos casos, a partir de las narraciones que dan sentido a nuestras vidas, puede ayudar a mantener la vigencia de nuestras realidades que, aunque no formen parte de las estructuras, por su simple reafirmación se mantienen existentes y, por ende, también conservan su potencia transformadora, de manera que eventualmente termine por insertarse en las estructuras sociales.

Algunas de estas realidades tienen que ver con la justicia y su materialización, con la estructura orgánica de las instituciones encargadas de procurarla y administrarla, y con las necesidades de la comunidad en torno de ésta (sobre si es institucional abstracta y normativa, o más bien cercana a las personas, sobre si atiende a los animales o sobre si es acorde a las necesidades hídricas). Las narraciones al respecto dialogan y se imponen las unas sobre las otras en el foro público mexicano. Aquí, hoy, podemos aproximarnos a algunas: las de quienes buscan formar parte del máximo tribunal. Conocerlas nos permitirá insertarnos en este diálogo tan relevante.

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