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El desencanto de Napoleón. La película de Ridley Scott que no cumplió con las expectativas

Natalia González y Genaro Sánchez escriben críticamente y desde una perspectiva histórica sobre Napoleón, película dirigida por Ridley Scott.


Napoleón es la nueva película del veterano director de cine, productor y guionista británico, Ridley Scott, la cual —inclusive desde antes de su estreno— causó polémica entre la audiencia cinéfila y no cinéfila —la que vio o verá la película por simple entretenimiento—. Y, por supuesto, entre los críticos y no tan críticos que se enfocan en el atinado o desatinado rigor histórico y cinematográfico. Y, bueno, para empezar, acerca de Ridley Scott no podemos dejar de mencionar que, no obstante que es británico, tiene mucho de la escuela hollywoodense.

En particular para nosotros, Napoleón fue una película esperada con grandes expectativas positivas por ser considerada de alto perfil hollywoodense, así como por considerar a Ridley Scott como uno de los más destacados directores de la actualidad, entre cuyas obras maestras destacan la inigualable Allien, el octavo pasajero (1979), la trascendental Blade Runner (1982), la espectacular Gladiador (2000) y la notable American Gangster (2007), entre otras. Aunque Ridley ha demostrado su genialidad cinematográfica principalmente en el género de la ciencia ficción, también nos ha deleitado con historias reales cómo Gladiador y J. I. Gane, por lo que es un director que no se encasilla en un solo género.

Por supuesto que esos maravillosos tráileres de Napoleón abonaron para generar una amplia expectativa positiva que al menos igualara el apego histórico y cinematográfico, así como de entretenimiento, de la película Gladiador. Confesamos que ésta es de nuestras películas favoritas, por lo que es acertado admitir que existe cierto sesgo crítico para hablar de la cinta Napoleón.

Sumó puntos a la amplia expectativa de espera el hecho de que los dos principales protagonistas fueron encarnados por dos grandes actores, el estadounidense Joaquín Phoenix, quien interpreta a Napoleón, y la actriz británica Vanessa Kirby, quien da vida a Josefina. Por mucho, la actuación de esta última podrá parecer a la audiencia lo mejor de la película, como pasó con nosotros, mientras que la actuación de Phoenix no fue muy plausible; sinceramente no es la mejor actuación de su vida.

Hablemos de las principales polémicas, de lo bueno y de lo malo, de las críticas positivas y negativas. (Al parecer estas últimas tienen preferencia de peso en la balanza.)

Por supuesto, cuando se trata de cine de época esperábamos ver una historia fiel, conscientes del gran reto que representa lograr la perfecta mezcla de ficción y realidad. Claro que dos horas y media no son suficientes para mostrar toda la vida y la obra del personaje. La trama está más centrada en la relación de Napoleón con Josefina y omite la niñez y adolescencia del personaje central. De igual manera deja fuera varias campañas y algunas batallas militares importantes, cómo la italiana y la española; tampoco toca la conquista de Malta, y respecto de la campaña de Egipto, queda fuera la batalla cercana a las pirámides.

Queda fuera, también, la Batalla de Trafalgar, la mayor, más dura y decisiva ofensiva naval librada durante las guerras napoleónicas. Con respecto a la invasión a España, como ya se sabe, colocó allí a su hermano José como rey, pero tampoco se toca, no obstante que es un hecho que trajo repercusiones importantes para el inicio de la revolución de Independencia mexicana.

No se consideran batallas tan importantes como la de Bailén, primera derrota en tierra del ejército napoleónico. Algunos historiadores coinciden en señalar la guerra de España como uno de los dos grandes errores que condujeron a la caída de Napoleón.

En síntesis, ésta no es una versión fiel de las guerras napoleónicas. Además, consideramos que le resta originalidad a la película el hecho de que la mayor parte del tiempo está hablada en inglés, debido a que se representa a un icono francés.

Acerca del rigor histórico, destaca el error de las fechas de nacimiento de Napoleón y Josefina. Y es que en realidad Josefina era cuatro años mayor que Napoleón y la fecha de nacimiento que aparece en la escena de la boda la convierte en nueve años más joven que él.

Por supuesto, el cañonazo a la Gran Pirámide de Keops es un hecho que nunca ocurrió, aunque sí hubo una batalla cercana a las pirámides, pero no en su base.

Por otra parte, Napoleón nunca cargaba a caballo y en el cartel de la película aparece luciendo de ese modo. Ese es el primer error histórico del filme. Napoleón nunca cargó a caballo con su sable en la mano, pues él era artillero; no era de la infantería, ni de la marina. 

Asimismo, Napoleón no estuvo presente durante la ejecución, en la guillotina, de la reina María Antonieta de Austria, como aparece en la película, ya que se encontraba muy activo sofocando las rebeliones de los realistas franceses, partidarios de Luis XVII de Francia, durante el sitio de Tolón.

Los anteriores son algunos de los más importantes errores históricos del filme, por lo que será importante darle la oportunidad a la versión de cuatro horas y media de la película para que enmiende esos yerros.

Lo mejor de lo mejor de esta obra cinematográfica es la maravillosa composición del personaje de Josefina a cargo de la mundialmente famosa Vanessa Kirby, atractiva —aun con el cabello corto—, impúdica y seductora, viuda aristócrata en busca del protector, hedonista, etcétera.

Por otra parte, es importante destacar que la cinta describe muy bien el amor turbulento de Josefina Napoleón. Y no podemos dejar de mencionar las excelentes actuaciones del galés Paul Rhys como Talleyrand, mano derecha del corso; de Catherine Walker como María Antonieta, y de Rupert Everett como el duque de Wellington, entre otros.

Los efectos de sonido y el vestuario

Sin duda, la película cumplió con la parte visual, ya que fue verdaderamente impresionante y contribuye significativamente a la ambientación histórica. Cada personaje estuvo cuidadosamente personalizado con detalles y ropa que reflejan su posición social, su estilo de vida y su papel en la trama. Se pueden apreciar detalles como los elegantes trajes militares con adornos dorados, los bordados, los sombreros. 

Al tratarse de un personaje tan importante como Napoleón, era obvio que hacer un filme sobre su vida no era fácil. Debió estar lleno de autenticidad, sin alejarse de la fidelidad histórica. Evidentemente, el vestuario es muy estilizado y moderno y contrasta con la elegancia y la sofisticación de la moda de la época napoleónica. Por ejemplo, los trajes militares son muy llamativos y extravagantes, de colores y patrones que no corresponden con la sobriedad y la sutileza de la moda de la épocaa

Cabe destacar que los personajes principales están llenos de detalles que los hacen memorables. El vestuario de Napoleón destaca por su impecable corte y por la presencia de la icónica insignia del águila imperial, así como por su saco que lo acompañó casi todo el filme, dotándolo de un toque de sobriedad y firmeza. Por otro lado, el vestuario de Josefina refleja su elegancia y su sensualidad, con prendas de seda y collares de piedras brillantes, lo que hacía relucir su maquillaje natural y sutil que la hacían lucir más joven y delicada. Desde los zapatos hasta los sombreros, cada detalle estuvo cuidadosamente seleccionado para acentuar la autenticidad y el estilo de la época napoleónica. 

Sabemos que la música es un elemento esencial para disfrutar una película, ya que juega un papel fundamental en el ambiente emocional de cada escena. Uno de los aspectos que hay que destacar en este tema es la elección de piezas clásicas que evocan la grandeza de la época en la que se desarrolla la trama. Las composiciones orquestales, con sus majestuosas melodías, transportan al espectador a la Francia napoleónica y refuerzan el carácter imponente del protagonista.

En las batallas, la música se vuelve más enérgica y frenética, generando una sensación de tensión y emoción. Los instrumentos de percusión y los metales se utilizan de manera adecuada para subrayar el dramatismo y la intensidad de aquellos momentos épicos. La banda sonora es rápida y dinámica, lo cual se ajusta al ritmo frenético de las escenas que nos llevan de una batalla a otra, desde Egipto hasta Rusia, o desde un palacio hasta la catedral. 

En las escenas más íntimas y emotivas la música se vuelve suave y melódica, creando un contraste que resalta las emociones de los personajes y profundiza la conexión emocional con el espectador. Los violines y los instrumentos de viento se utilizan de manera suave para transmitir esa conexión sentimental con la audiencia. 

Uno de los instrumentos primordiales de la banda sonora es el piano, que, mediante varias melodías de resonancia clásica, construye una narrativa y revela lo que pasa por la mente y el corazón del enigmático Napoleón. A través de la música podemos comprender realmente la ambición y el profundo amor del personaje. La combinación de composiciones clásicas y de piezas originales crea una interesante fusión que exacerba los momentos más dramáticos y emotivos de la historia.

Apreciable lector, al terminar de leer esta reseña vaya a ver y a disfrutar la película, si no la ha visto, y saque sus propias conclusiones. Ya veremos cómo le va en los premios Oscar 2024. Haga sus predicciones y sus apuestas.

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