La comunicación es una estrategia esencial para que los abogados y los despachos jurídicos construyan y mantengan una buena reputación en el gremio. El autor nos acerca a algunas estrategias que pueden ser utilizadas para mejorar la comunicación, como la forma de hablar y la forma de vestir.
La figura del abogado, por su importancia en la sociedad, debe gozar de una buena reputación. Para ello, es necesario trabajar en aspectos que van desde la imagen del despacho y del abogado hasta la manera de comunicar y acercarse a la gente, mostrando y garantizando confianza.
No cualquiera sabe pararse delante de un público, o ante el escrutinio de los medios de comunicación, para compartir información relevante. Esto es esencial para los representantes o los voceros de un despacho legal.
El ámbito de la abogacía pareciera ser inescrutable, por esa formalidad que lo rodea, pero es algo que no tiene lógica; por ende, es importante que los despachos y sus abogados aprendan y sepan cómo comunicar su mensaje a través de diferentes herramientas.
Se trata de generar una buena imagen y, por extensión, una excelente reputación, pero después de lograrlo lo esencial es saber mantenerlas porque una reputación puede tardar años en construirse, pero perderse en un instante. Para eso es indispensable diseñar estrategias que blinden esa reputación con el propósito de generar más clientes.
Hablar en público con eficacia
Tomando en cuenta que todo el tiempo estamos comunicando algo, es muy importante saber abordar distintos escenarios para emitir un mensaje de manera adecuada, creíble y acorde con la presencia física, es decir, con la comunicación no verbal.
No cualquiera sabe pararse delante de un público, o ante el escrutinio de los medios de comunicación, para compartir información relevante. Esto es esencial para los representantes o los voceros de un despacho legal. Es necesario tener la confianza suficiente en sí mismos, la cual se consigue no sólo con el entrenamiento que se pueda obtener con la capacitación, sino también con la vestimenta que, de acuerdo con su personalidad y su comodidad, proporcione al vocero un efecto anímico que mejorará su productividad y, por ende, su imagen y la del despacho al que representa.
Visibilidad y presencia
Con la velocidad de la información, y ante la gran cantidad de medios, el despacho debe contar con una estrategia de comunicación externa que ayude no sólo al posicionamiento y la visibilización de su imagen corporativa y su marca, sino también a una sana difusión de su labor y sus contenidos.
El estudio In a Split Second, Clothes Make the Man More Competent in the Eyes of Others, desarrollado por el King’s College London, advierte que “proyectar una imagen profesional y apropiada para la empresa tiene el objetivo de reforzar la credibilidad organizacional y aumentar la identificación de los empleados”.
Se trata de saber enfrentar a los medios de comunicación en una conferencia de prensa e ir desarrollando una buena relación con ellos. Esta relación, a partir de una buena comunicación interna, puede apuntalarse a través de la publicación de boletines de prensa sobre temas importantes o de coyuntura y mediante la agenda de entrevistas y la divulgación de artículos de opinión y reportajes sobre temas interesantes para la sociedad.
Sin embargo, esto no sólo se limita a los medios de comunicación, sino que abarca incluso una buena interacción con socios y clientes por medio de blogs, newsletters, memorias anuales y un buen manejo de las redes sociales.
Todo lo anterior con información validada, para evitar cualquier error y, sobre todo, para que esa sea información accesible tanto para un periodista especializado, como para un profesional en la materia o un ciudadano de a pie.
Esto va a permitir, también, que el despacho genere toda una red de contactos en medios de comunicación que acuda a ellos en cuanto un tema especializado sea requerido.
Un buen desarrollo de comunicación externa tendrá un impacto positivo para el despacho y aumentará el valor de su marca, haciéndolo destacar en su medio profesional como voz autorizada y gozar así de una buena reputación ante la opinión pública.
El buen vestir también comunica
Para reforzar lo que se ha mencionado arriba es muy importante tomar en cuenta la imagen profesional. En el estudio The Cognitive Consequences of Formal Dress, realizado en conjunto por la Columbia University y la University of California, se señala que “al vestir de traje, de manera formal, la gente experimenta un cambio positivo en su desarrollo laboral, aumentando su creatividad y optimizando su manera de desarrollar estrategias”. Asimismo, se destaca que “las personas vestidas de manera formal se asocian con un mayor nivel de profesionalismo, competencia y racionalidad; mientras que la ropa informal se relaciona con un aspecto más familiar, amigable y relajado”. También se afirma que “el empleado bien vestido experimenta un empoderamiento que trae consigo una mejora en su rendimiento profesional” y que “el hecho de vestir ropa formal nos hace sentir poderosos y cambia la forma básica en que vemos el mundo y percibimos a las otras personas”.
Un buen desarrollo de comunicación externa tendrá un impacto positivo para el despacho y aumentará el valor de su marca, haciéndolo destacar en su medio profesional como voz autorizada y gozar así de una buena reputación ante la opinión pública.
Por otro lado, el estudio In a Split Second, Clothes Make the Man More Competent in the Eyes of Others, desarrollado por el King’s College London, advierte que “proyectar una imagen profesional y apropiada para la empresa tiene el objetivo de reforzar la credibilidad organizacional y aumentar la identificación de los empleados”.
De esa manera, gracias a los códigos de vestimenta de la organización, el vocero tomará conciencia de su imagen como emisor de su marca personal y de la corporación a la que representa. Todos estos aspectos que he señalado se complementan entre sí con la finalidad de mejorar la productividad y los beneficios del despacho.
