¿Contemplamos a los padres trabajadores?

Debido a la pandemia, la participación de la mujer en la vida laboral, específicamente de la madre trabajadora, ha disminuido como consecuencia del aumento de las tareas domésticas y del cuidado de los hijos. Varias empresas con presencia en el país han implementado medidas para recuperar esa participación, pero el cambio debe comenzar desde el hogar.

A lo largo del tiempo se han abierto espacios para darle presencia a la mujer en la vida laboral. Eso se debe principalmente a la lucha de muchas de ellas por el reconocimiento de sus derechos laborales, aunado a que prácticamente les ha sido insostenible la manutención de un hogar o una familia con base en un solo ingreso. Así las cosas, se presenta el reto de armonizar la maternidad con la vida profesional, lo cual lleva consigo implicaciones tanto psicológicas y emocionales como prácticas. Además de dichas implicaciones, hay circunstancias, como la pandemia por Covid-19, que han afectado a ese sector.

Lamentablemente, la visión estereotipada, todavía arraigada en la sociedad, impone a las madres trabajadoras el desafío de demostrar que son capaces de sobrellevar con éxito tanto su maternidad como su profesión. A esa carga emocional se suman los problemas prácticos del día a día, desde encontrar un lugar apto para el cuidado de los hijos, hasta su participación activa en la educación de los pequeños, cuestión que se agravó debido a la pandemia.

Encontrar guarderías implicaba enfrentarse a problemas como el cupo disponible y el rango de edades admitido, además de que se estaba a merced de la agenda política en turno. Como consecuencia de la pandemia, los hijos permanecían en casa y requerían seguir con el nivel de educación correspondiente, por lo cual demandaban más atención de sus madres, además del aumento de la carga doméstica que ya representaba esto para estas mujeres.

Es elemental que el cambio se realice desde el manejo del hogar.

Pero ¿por qué no hemos contemplado a los padres trabajadores? Luces y sombras de la pandemia, reporte correspondiente al estudio Women Matter México 2022, realizado por McKinsey&Company y enfocado al ámbito empresarial del país en relación con la paridad de género, demuestra los efectos que produjo la pandemia en el sector laboral femenino con base en la participación de más de 100 empresas con presencia en México, encuestas realizadas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía y el Banco Interamericano de Desarrollo, entre otros. En los primeros trimestres de 2020 y 2021, casi 1.7 millones de personas dejaron sus empleos. De esa cifra las mujeres representaban 84 por ciento y 90 por ciento eran madres. Asimismo, las mujeres reportaron haber asumido la mayor parte de las tareas domésticas y el cuidado de los niños durante la contingencoa sanitaria. El 74 por ciento de las madres y sólo el 5 por ciento de los padres asumió el apoyo de la educación en línea de sus hijos. El reporte hace énfasis en las implicaciones emocionales y de salud mental que experimentaron las mujeres a raíz de la pandemia.¹

Con base en encuestas del reporte de marras, la participación de los hombres en la vida laboral se recuperó en su totalidad en menos de un año, pero la de las mujeres aun seguía sin recuperarse del todo en 2021. Para lo anterior, las empresas ofrecieron cambios que implicaban mayor flexibilidad y también aumento de la oferta de trabajo remoto. Habrá que esperar al próximo estudio que ofrezca las estadísticas de los años que sigan para comprobar si la implementación de esas medidas propiciaron que se recuperara la participación laboral de la mujer. No obstante, el desequilibrio de la carga de trabajo doméstico era algo que acontecía desde antes del Covid-19, pues el estudio destaca que las mujeres dedicaban tres veces más tiempo que los hombres al trabajo de cuidado no remunerado.²

Lamentablemente, la visión estereotipada, todavía arraigada en la sociedad, impone a las madres trabajadoras el desafío de demostrar que son capaces de sobrellevar con éxito tanto su maternidad como su profesión.

Es elemental que el cambio se realice desde el manejo del hogar. La implementación de políticas empresariales para flexibilizar el manejo del tiempo de los trabajadores, tanto de hombres como de mujeres, con un deber de cuidado, que en nuestro país, por lo general, sólo aprovecha las mujeres, debería ser aprovechada igualmente por los padres para su participación activa en la planificación y la ejecución de las tareas domésticas y el cuidado de los hijos. De otro modo, las mujeres seguirán haciéndose cargo de la totalidad de esas tareas, provocando que no puedan llevar a cabo plenamente su maternidad y su vida profesional.

En el hogar y en el seno familiar se están criando las nuevas generaciones, por lo cual es muy importante que los ejemplos que presencien los niños en casa se encuentren libres de estereotipos en la medida de lo posible.

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