En esta entrega de Visión Global, Paulina Palencia se cuestiona por qué la comunidad global no está combatiendo efectivamente el delito de prostitución infantil, un fenómeno que sigue afectando a uno de los grupos de atención prioritaria más vulnerables en el planeta.
La Convención sobre los Derechos del Niño, firmada en 1989, concedió a la humanidad la celebración anual del Día Mundial de la Infancia. Por eso cada 20 de noviembre se recuerda la intención de proteger y salvaguardar los derechos de los niños en el mundo. Puesto que el ánimo de varios Estados, durante el año en curso, ha sido quebrantar —una y otra vez— la paz internacional por los múltiples conflictos armados y el hostigamiento hacia las minorías, han surgido varias interrogantes que deberían incluirse en la agenda internacional: ¿realmente existe el interés de los países por velar por los derechos de la infancia?, ¿persiste la esclavitud infantil en pleno siglo XXI?, ¿cuál es el verdadero compromiso de los Estados miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para acabar con uno de los negocios más rentables de la esclavitud moderna, esto es, la prostitución infantil?, ¿los datos con los que contamos evidencian una mejora en el deber adquirido en el año 2000 por los Objetivos de Desarrollo del Milenio para erradicar en 2025 una de las peores prácticas de la humanidad?
Existen muchas respuestas a estas preguntas. Sin embargo, lo más importante es extirpar la precariedad en la que viven millones de niños que —hoy más que ayer— requieren la convicción y la voluntad de las autoridades para ofrecerles un futuro esperanzador.
Esclavitud moderna
La Organización Internacional del Trabajo publicó en 2021 el resumen ejecutivo acerca de las Estimaciones mundiales sobre esclavitud moderna, el cual engloba dos componentes principales: el trabajo forzoso y el matrimonio forzoso. El presente análisis se centrará en el primero, cuyo enfoque será la oferta de niños para la prostitución.
La trata de niños consiste en la comprar, venta y robo de menores de edad (18 años) con fines económicos o industriales por parte de personas sin escrúpulos que los privan de la libertad. Son tratados como mercancías y son reclutados, transportados y transferidos dentro de su mismo país, o bien a otro país, para su explotación. En el ámbito del tráfico infantil, las víctimas pueden ser sometidas a un sinfín de actividades, dependiendo del objetivo para el que sean destinadas: como mano de obra, como niños soldados o para fines de explotación sexual, principalmente. Pero también para servicio doméstico, trabajo en minas y/o canteras, mendicidad o tráfico de drogas.
Esta práctica tiene lugar en países cuya gobernanza es frágil y está relacionada con la esclavitud histórica o con la desigualdad estructural, que da pie a la persistencia de abusos infames en contra del sector más vulnerable de la sociedad y a la comisión de uno de los crímenes más atroces que se puedan cometer en contra de los niños: arrebatarles la inocencia de sus almas puras. ¿Los perpetradores de este delito tienen cargos de conciencia?
Crecimiento del mercado del sexo
Estudios recientes evidencian un incremento de este tipo de esclavitud moderna, lo cual es muy alarmante desde donde se le mire. Las Estimaciones mundiales sobre esclavitud moderna señalan que en 2021 cerca de 50 millones de personas en el mundo eran víctimas de esta esclavitud moderna, de las cuales 6.3 millones sufrían explotación sexual comercial forzosa. De este último dato, 4.9 millones de personas son mujeres y niñas, población equivalente a los habitantes de Michoacán de Ocampo, México ¿Dónde están las acciones colectivas de los Estados en contra de este delito? ¿Por qué se sigue haciendo caso omiso de esos actos ilícitos? ¿Porque es uno de los negocios más lucrativos del mundo?
Por si fuera poco, las nuevas herramientas de la comunicación han propiciado un incremento en la difusión y en la impunidad de estas acciones criminales. Asimismo, las crisis económicas, los éxodos regionales y el evidente retroceso de los derechos humanos han obstaculizado el óptimo desarrollo infantil. ¿La humanidad seguirá estancada eternamente o advendrá una implosión evolutiva?
La malicia deliberada
Algunas teorías de la conspiración han señalado a múltiples personalidades del espectáculo y a diversos políticos de Washington, Estados Unidos, como una red de prostitución infantil. Basta recordar el escándalo que originó Pizzagate en 2016. Aunque los datos que se hicieron públicos fueron genéricos, inexactos e incompletos; causaron gran conmoción internacional, pues estaban inmiscuidas personas como el financiero Jeffrey Epstein, acusado de tráfico sexual, quien se suicidó en su celda mientras transcurría su juicio. ¿Fue silenciado o tomó la decisión de atentar contra su vida? ¿Tan extensa es la red de prostitución que se opta por asesinar a los presuntos culpables de este delito negando cualquier posibilidad de conocer la verdad para desarticular a la delincuencia organizada transnacional?
¿Por qué es tan difícil para algunos países cumplir con los tratados internacionales sobre los derechos de la infancia? Han sido invadidos países arrogancia, han sido derrocados dictadores, han sido asesinados terroristas: ¿por qué no cumplir la promesa empeñada por la comunidad internacional en la Declaración de los Derechos del Niño adoptada por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas?
En diversos países el abuso sexual infantil es una costumbre que denota un estatus social alto; por ejemplo, en Afganistán se le conoce como bacha bazi (jugar con los niños). ¿Durante la intervención estadounidense en esa nación, que duró más de 20 años, hubo intentos por erradicar la explotación sexual? Si bien se combatió para implementar una democracia con todas las libertades individuales y colectivas, ¿qué justifica haber dejado a los niños a la deriva? ¿Por qué esa práctica no se hizo del conocimiento de la comunidad internacional? ¿Qué les espera a las nuevas generaciones con el retorno de los talibanes al poder? Por su parte, ¿los integrantes del G-201 están libres de pecado o por qué se han negado a incluir ese problema en la agenda geopolítica que persistirá si la indiferencia sigue sentando sus reales en el mundo. Identificar a los culpables de estos crímenes y juzgarlos tiene que ser una prioridad para castigar a todos los que atentan contra la dignidad humana de los pequeños.
Mentalidad trastornada
¿Qué tanto placer puede obtener un adulto de un niño? ¿Tan implacables son las ganas de saciar los apetitos sexuales de un hombre o de una mujer, según sea el caso, que esos criminales no se detienen a violentar a los pequeños? ¿Es una actitud aprendida del Imperio romano? ¿Por qué la voluntad de los Estados en lo que concierne al tema sólo se ve reflejada en la creación de protocolos facultativos, manuales y convenios, pero su implementación es limitada o inexistente? Violar a infantes y destruir sus almas inocentes para satisfacer los instintos más primitivos de un adulto constituyen una conducta punible: ¿es necesaria la tipificación de nuevos delitos con el fin de hacer cumplir las leyes destinadas a combatir la prostitución infantil?
Comentarios finales
La comunidad internacional de nueva cuenta hace caso omiso al llamado de proteger y garantizar el bienestar de quienes son la promesa del futuro. En cambio, se ha encargado de vulnerar los tratados y los convenios con su desinterés de brindar un mejor porvenir a las nuevas generaciones al omitir el tema en la agenda política mundial, razón por la cual sigue siendo una asignatura pendiente de la humanidad. Cientos de niños se suman diariamente a la lista interminable de víctimas de este terrible delito, por lo cual erradicar la prostitución debe ser una prioridad en el presente y no una política de largo plazo. Y en esta tarea el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia tiene una gran responsabilidad.
Fuente de consulta
Global Estimates of Modern Slavery: Forced Labour and Forced Marriage. Disponible en https://publications.iom.int/books/global-estimates-modern-slavery-forced-labour-and-forced-marriage.
- Integrado por Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, República de Corea, Rusia, Sudáfrica, Turquía, Reino Unido y Estados Unidos, y por dos organismos internacionales: la Unión Europea y la Unión Africana.[↩]
