Desde 2019, cada 24 de abril se conmemora el Día Internacional del Multilateralismo y la Diplomacia para la Paz con el fin de recordar a los Estados miembros y a las organizaciones que forman parte de las Naciones Unidas los beneficios del multilateralismo y del mantenimiento de la paz. Disputas regionales, la vulneración constante a los derechos humanos y la crisis climática, por mencionar algunos tópicos, ponen de manifiesto que la buena voluntad de algunos países no es suficiente para limitar los actos de provocación de otros Estados o grupos extremistas. ¿Cuál es la justificación de conmemorar un día específico para recordarle al mundo la importancia de mantener la paz internacional? ¿Acaso la humanidad ha olvidado los actos cometidos durante las dos guerras mundiales y está dispuesta a volver a vivir esas experiencias traumáticas?
¿De qué sirve la benevolencia y la aquiescencia cuando las acciones particulares tienen un impacto en lo colectivo que contrapone los compromisos globales para el mantenimiento de la paz internacional? El principio de la desobediencia está encabezado principalmente por los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en el que el flagelo de la guerra es lo único presente. Pese a que en el artículo 24, fracción i, de la Carta de las Naciones Unidas establece “sus miembros confieren al Consejo de Seguridad la responsabilidad primordial de mantener la paz y la seguridad internacionales”. Por ello, ¿qué detiene a los miembros a emitir resoluciones de paz respecto de la situación en Ucrania y un cese al fuego en la Franja de Gaza (por mencionar los casos que han polarizado a la comunidad internacional)?
Actos de provocación
Palabras vacías de los actuales líderes mundiales no conducen —precisamente— a un mundo pacifista. Por el contrario, tienen que iniciarse acciones conjuntas para que la ciencia vuelva a estar al servicio de los sabios con el fin de salvar a la espiritualidad de la humanidad y el patrimonio cultural. Muchas guerras se han ganado pero en reiteradas ocasiones la armonía entre las naciones se ha visto alterada por perversas voluntades disfrazadas de evolución y trascendencia.
Riesgos tecnológicos
En la actualidad, la visión del mundo singular está impuesta por la inteligencia artificial. La realidad virtual ha superado a la realidad objetiva. El desapego de los valores universales, la intolerancia y la insistencia por tener siempre la verdad impulsa una limitante en las interacciones sociales. El uso excesivo de las redes sociales le ha impuesto al humano una realidad que probablemente no exista, pues crean desalineamientos sociales por la desinformación y los trastornos mentales: dependencia tecnológica, ansiedad, apatía y la búsqueda continua de la aceptación social.
No obstante, la inteligencia artificial replica modelos sociales actuales, limitando aún más el progreso de la humanidad, por lo que el multilateralismo no sólo enfrenta a las mentes trastornadas sino a la mala praxis de la tecnología para lograr la paz internacional. Por ejemplo, el acoso que sufrió una reportera durante una exposición de tecnología en Riad, Arabia Saudí, por un robot humanoide saudí llamado “Muhammad”. Aunque el suceso fue considerado como un “accidente sin intención”, o una “falla técnica,” se replica el comportamiento del hombre respecto de la mujer como un incidente menor, o una coincidencia en tiempo y espacio, o una simple y llana exageración del actuar de la mujer, cuando la realidad es que se falta al respeto a su cuerpo y a su dignidad. ¿Ahora las mujeres tendrán que lidiar con tocamientos de robots por “algunas” fallas técnicas?
Las guerras se ganan, pero la paz… ¡no!
La evolución de la diplomacia ha permitido el diálogo, la avenencia y la prevención de conflictos, limitando la escalada de las disputas que puedan vulnerar el orden mundial. Desafortunadamente, en la actualidad, varios países se han convertido en economías de guerra auspiciando la fragilidad en la que la amenaza nuclear es latente. Por ello, es imprescindible traer a colación los aspectos multidisciplinarios que conlleva una óptima diplomacia preventiva: ¿la Organización de las Naciones Unidas (ONU) lo ha logrado? Por su parte, ¿cuáles son los beneficios de las operaciones de mantenimiento de la paz (OMP)? Las OMP son misiones internacionales a cargo de la ONU en los países que se encuentran en conflicto. Actualmente, existen 11 operaciones de paz: cinco se ubican en África: Sahara Occidental, República Democrática del Congo, República Centroafricana, Abyei (localizado entre Sudán y Sudán del Sur) y Sudán del Sur; una en Europa: Kosovo; cuatro en Medio Oriente: Chipre, Líbano, Israel y Siria, y una en Asia, que semestralmente cambia su sede entre India y Pakistán.
Tomando nota del párrafo anterior, ¿cuál fue el ímpetu de promover una misión de paz en un Estado —Kosovo— que no forma parte de ONU, debido al derecho al veto de la Federación Rusa y de la República Popular China en el Consejo de Seguridad, que consideraron ilegal su independencia? Si bien la crisis de los Balcanes fue un detonante de los peores conflictos en Europa en pleno contexto de la Guerra Fría, ¿qué sucede con otros países que sí son miembros de la ONU?
Estados ingobernables como Somalia o Yemen quedan a la deriva pues ambos enfrentan graves crisis humanitarias y movimientos separatistas. En el caso de Somalia, la nación se encuentra dividida de facto en pequeños Estados y facciones independientes como Somalilandia y Puntlandia (ambas carecen de reconocimiento internacional). ¿Por qué la dicotomía entre civilización y barbarie se une en un solo estruendo? ¿Pasará lo mismo en Haití ante el posible desarrollo de una guerra civil y frente a la amenaza de un genocidio por grupos pandilleros?1
Dádivas de gracia
El multiverso de las relaciones internacionales nos orilla a señalar a los héroes y a los villanos de la historia moderna, según sus acciones o las dádivas que ofrezcan a la ciudadanía inocente que habita en el lado opresor. Está muy claro que la geopolítica se ha convertido en una mezcla compleja y descabellada de alianzas y rivalidades que día a día se acrecientan por aquellos jóvenes combatientes que han sido condenados a luchar una guerra al amparo de la oscuridad, impulsada por el odio ajeno que fue sembrado en sus almas. Palabras pacifistas no llevan a ninguna parte: deben primar las acciones. ¿La sociedad internacional es merecedora de paz?
Nuestra única esperanza es que las crisis actuales nos conduzcan a un mundo mejor.
- El sábado 5 de marzo, grupos armados facilitaron una fuga masiva de reos y exigieron la renuncia del primer ministro, Ariel Henry. Este último asumió el cargo tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021.[↩]
