Francisco Javier Gaxiola nos recibió en la Capilla del Instituto Cultural Helénico, un espacio construido durante la europa medieval y trasladado a México piedra por piedra. Platicamos con él acerca de su nuevo encargo en la Academia Mexicana de Jurisprudencia y Legislación, así como de los elementos que la distinguen como academia jurídica.
Francisco Javier Gaxiola fue electo presidente de la Academia Mexicana de Jurisprudencia y Legislación, prestigiado organismo consultivo compuesto por destacados miembros de la abogacía mexicana.
¿Qué es la Academia Mexicana de Jurisprudencia y Legislación y dónde está situada en el panorama jurídico mexicano actual?
La Academia Mexicana de Jurisprudencia y Legislación corresponde a la Real Academia de Madrid. Esto quiere decir que originalmente se fundó en España y posteriormente en México. Hay antecedentes que es importantes señalar.
La academia se constituyó el 3 de marzo de 1890; sin embargo, las condiciones del país en aquel año eran muy complicadas y varios de los abogados que participaron en su fundación fallecieron. Posteriormente, el 11 de agosto de 1930, por iniciativa de tres abogados muy destacados: Fernando Noriega, Toribio Esquivel Obregón e Indalecio Sánchez Gavito, la academia se reconstituyó y se produjo una situación que es importante destacar. Un grupo de académicos opinaba que como la institución había sido fundada en 1890 y por diversas circunstancias dejó de operar, en 1930 su proyecto debía ser retomado. Otro grupo, sin embargo, creía que debía constituirse una academia nueva. Hubo discusiones y finalmente ganó la segunda opinión, por lo que la institución fundada en 1930 no tiene ningún vínculo con la de 1890.
El 31 de enero de este año tomé posesión y protesté como presidente de la Academia Mexicana de Jurisprudencia y Legislación, lo que para mí ha sido un honor por la tradición familiar que implica: mi abuelo fue miembro de número e integrante muy distinguido y mi padre también fue presidente.
¿Cómo puede aportar su trabajo al desarrollo de la academia?
Es muy importante distinguir lo que es una academia. En todos los países existen agrupaciones, asociaciones, barras, colegios. A las academias podríamos considerarlas como organismos supremos en diferentes materias; por ejemplo, en las artes, en la geografía y la estadística, en las letras. Una academia no es un organismo al que uno pueda afiliarse, como ocurre, por ejemplo, en el caso de los colegios de abogados. En la academia no cualquier persona puede incorporarse a sus filas, pues tiene que cumplir requisitos muy específicos. Concretamente, nuestra academia de un organismo dedicado al estudio exhaustivo de la jurisprudencia y la legislación. Sus 50 sitiales han sido ocupados por los más distinguidos abogados de México.
Tenemos dos tipos de académicos, los de número y los supernumerarios. Los primeros tienen únicamente 50 sitiales; o sea, sólo puede haber 50 abogados de todo el país. Y para que alguna persona pueda ocupar un sitial necesita fallecer un titular. Los segundos tienen que cumplir una serie de requisitos sugeridos por la junta de gobierno. Originalmente los sitiales eran vitalicios, pero hace poco propusimos una reforma porque consideramos que una vez cumplidos los 75 años de edad, un miembro puede pasar a ser vitalicio y alguien más ocupar su sitial. Los académicos vitalicios tienen los mismos derechos que los otros académicos y dejan de estar obligados a cubrir cuotas.
¿Qué retos tiene la academia en la actualidad?
Una de las facultades de la Academia Mexicana de Jurisprudencia y Legislación es dar su opinión tanto al sector privado como al sector público sobre diversos temas. Hoy en día que hay tantos asuntos controversiales (la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el Instituto Nacional Electoral, entre otros), contar con una academia que emita ese tipo de opiniones sirve a la gente para normar su criterio.
Mientras la gente y los ciudadanos de un país entiendan bien las cuestiones jurídicas y las consecuencias que éstas pueden generar, el país marchará bien y por buen camino. En el momento en que los ciudadanos mexicanos no entiendan esas circunstancias y lo que está ocurriendo en el país se puede desatar una serie de circunstancias que pueden devenir en consecuencias negativas, como confundir a la gente.
Uno de nuestros principales retos es la economía. Las academias siempre batallamos con el asunto presupuestal. En la actualidad estamos intentando descifrar un programa por medio del cual podamos generar recursos para garantizar nuestra autonomía. En diversos países de Europa y de América ya se han creado ciertas estructuras que permiten a sus academias generar ingresos que ayuden a su operación.
¿Cuál ha sido su aportación en el ámbito editorial?
Nuestros académicos constantemente están participando en cuestiones editoriales, como la redacción de artículos, la elaboración de libros y la organización de diferentes actividades, de manera que han conformado una labor editorial muy importante a favor de la academia. Hace algunos años, por ejemplo, editamos con Miguel Ángel Porrúa un importante libro en dos volúmenes que incluye las conferencias de ingreso a la academia, con sus respectivas respuestas, desde 1930 a la fecha.
¿Cuál es el criterio para que una persona pueda formar parte de la academia?
Tiene que cumplir ciertos requisitos: ser abogado, estar recibido y tener un título. Además, debe presentar una solicitud y acreditar una serie de exigencias: no sólo debe ser abogado, sino que tiene que escribir artículos, publicar libros relacionados con temas jurídicos, emitir opiniones, participar en foros y dar clases. No basta con que sea abogado postulante: su formación debe tener un carácter académico, humano y filosófico.
¿Qué vínculo tiene esta academia con el Instituto Cultural Helénico?
Mi padre y yo fundamos el Instituto Cultural Helénico en 1973, ya hace 50 años. Somos una asociación civil sin fines de lucro que se dedica exclusivamente a fomentar la cultura en México. Tenemos espacios muy agradables, por lo cual en sus instalaciones celebramos todas las ceremonias de la academia.
¿Cuál es la situación de las academias de otros países?
Prácticamente todos los países del mundo cuentan con academias similares a las de México. En nuestro caso, nosotros nos hemos agrupado con las academias iberoamericanas o de habla hispana, como las España, Perú, Chile y Argentina, con las cuales tenemos un trato más cercano. Pero también tenemos nexos con las academias de Canadá y Estados. Con frecuencia realizamos congresos durante los cuales los diversos presidentes de las academias nos reunimos en diferentes países para analizar temas de actualidad que benefician a todos. Por ejemplo, hace poco organizamos un congreso en Madrid, al que asistió el rey de España. Estos congresos tienen una gran importancia.
