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Ir más allá de lo que conocemos

En su autobiografía, Mi mundo adorado, la Jueza Sonia Sotomayor aborda la cuestión  de cómo podemos aferrarnos a sueños que, desde el punto de vista estadístico, son prácticamente imposibles de materializarse. La primera jueza de origen latino en la Corte Suprema de Estados Unidos menciona que el tiempo le ha enseñado que no podemos valorar los sueños de acuerdo a las probabilidades que tenemos de que se conviertan en realidad. Lo anterior, debido a que “el valor verdadero de los sueños reside en despertar en nosotros la voluntad para aspirar a lograrlos”.

Leer la historia personal de Sonia Sotomayor y este pasaje en específico, tuvieron un impacto en mí al momento de tomar la decisión de querer estudiar y dedicar mi vida profesional al Derecho. Lo anterior, debido a que no es fácil pertenecer a la comunidad LGBTQ+ en México. No es común conocer a profesionales, políticos o figuras del gremio jurídico que pertenezcan abiertamente a este colectivo en nuestro país. Al momento de escoger una carrera universitaria y descubrir mi pasión por la diplomacia y el Derecho internacional, no pude evitar preguntarme si algún día podría ejercer mi profesión y servir a la sociedad siendo quien soy en realidad. ¿Cómo puedo aspirar a ser algo que jamás he visto?, ¿cómo puedo ser yo mismo en un país en el que los actos de machismo, homofobia y discriminación están normalizados en todos los aspectos de la vida social? Al final, estas preguntas resultaron ser razones por las cuales debía ir más allá de lo que conocía. No podía ser un espectador más y quedarme esperando la aprobación de alguien para ser un agente de  cambio y contribuir de la forma en la que yo sabía que podía.

Siempre he creído en la importancia de compartir historias. Considero que transmitir y, al mismo tiempo, recibir conocimiento y experiencia son una de las mejores herramientas que tenemos los seres humanos para resolver conflictos y mejorar nuestras condiciones de vida. Estoy convencido de que escuchar y ser empático con otras personas puede marcar una diferencia monumental en la forma en la que interactuamos y resolvemos problemas. Por lo anterior, el objetivo de este ensayo es describir tres experiencias en las que considero que he contribuido a promover la diversidad en el gremio jurídico mexicano.

La primera experiencia está relacionada con mi interés en el Derecho internacional, el desarrollo sostenible y la participación juvenil en instituciones gubernamentales. En 2019, tuve la oportunidad de unirme al equipo de la rama juvenil de La Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible en México (UN SDSN Youth). Esta organización tiene como misión promover la acción de diferentes sectores en el cumplimiento de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030. Algunas de las actividades en las podemos participar es asistiendo y organizando conferencias, congresos y eventos que permitan a las juventudes aprender sobre las acciones que se han implementado por parte del sector gubernamental, la academia y el sector privado en términos de ODS. Sin embargo, un factor común que detectamos fue el hecho de que cada evento al que asistimos, la dinámica consistía en que las juventudes se sentaran a escuchar la opinión y propuestas de expertos que ya tenían trayectorias amplias o a representantes gubernamentales que no necesariamente conocían las verdaderas necesidades de la ciudadanía.

A partir de esto, me cuestioné el hecho de que la participación juvenil mexicana en acciones por el desarrollo sostenible se limitaba a ejercer un papel pasivo en el que sentarse a escuchar era la regla y no había espacios para el diálogo intergeneracional o para que las personas que nos representan a nivel gubernamental escuchen las necesidades y preocupaciones de este sector poblacional. Si no podemos identificarnos y dialogar con las personas que aparentemente nos representan, entonces ¿qué sentido tiene nuestra democracia?, ¿no se supone que la Agenda 2030 tiene una visión integral que permite la participación de todas y todos?, ¿por qué parece que la narrativa sobre el cambio climático, la equidad de género, la educación y otros temas fundamentales les pertenecen a ciertos sectores de la población?

Las interrogantes anteriores me motivaron a diseñar un espacio que permitiera a las juventudes mexicanas tomar las riendas de la conversación y hacer que nuestras voces fueran tomadas en cuenta. Esto, bajo la iniciativa de La semana de las juventudes en el Senado. Este evento nos permitió convocar a jóvenes activistas pertenecientes a diferentes entidades federativas y con proyectos en diversas áreas relacionadas con el desarrollo sostenible, para capacitarlos en materia de legislación. El objetivo fue que, durante una semana, conocieron la forma en la que las y los senadores legislan para que transformaran sus propuestas en iniciativas de ley que fueron presentadas ante legisladores pertenecientes a diferentes comisiones. El resultado final, sería que cada senadora o senador adoptaría una propuesta para impulsar en la agenda legislativa del Senado de la República.

Diseñar, planear e implementar este evento no fue fácil. Lograr el apoyo de las Senadoras Patricia Mercado y Nancy De la Sierra requirió de negociación y persuasión con relación a la importancia que tiene la participación juvenil en instituciones gubernamentales. También, surgió el enorme reto de capacitar a jóvenes que no tenían conocimientos jurídicos, pero que querían adaptar sus propuestas en materia de desarrollo sostenible para que fueran iniciativas de ley viables. Lo anterior fue logrado gracias al apoyo del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Por último, la pandemia de covid-19 nos obligó a modificar por completo nuestro evento, pues estaba diseñado para ser impartido de forma presencial en la sede del Senado de la República.

Sin duda, esta experiencia me permitió cuestionar la forma en la que normalmente visualizamos la participación ciudadana y, al mismo tiempo, contribuir a que las juventudes mexicanas pudieran encontrar una alternativa para que sus propuestas e ideas fueran materializadas en propuestas de ley, sin necesidad de que fueran abogadas o abogados especializados en el área legislativa. Al final, nuestro evento fue mencionado en el Informe Nacional Voluntario 2021, Agenda 2030 en México y fue presentado en el Foro Político de Alto Nivel de la Organización de Naciones Unidas como una de las acciones en las que nuestro país contribuyó en el cumplimiento de la Agenda 2030.

Como anteriormente lo había mencionado, estoy convencido de que las historias son sumamente importantes. Compartir experiencias y conocer sobre los procesos detrás del éxito y fracaso de otras personas son formas en las que podemos identificarnos y encontrar inspiración para cumplir nuestros propios objetivos. De forma personal, una manera en la que me gusta cubrir este aspecto es leyendo biografías de personas que admiro o que se han desempeñado en áreas que me interesan. En 2020, descubrí The Education of an Idealist, que describe la trayectoria de Samantha Power, activista, profesora, periodista y diplomática. En 2002, Power publicó Problema Infernal, un libro en el que expuso y criticó las respuestas del gobierno estadounidense ante actos de genocidio a lo largo de la historia. En su obra, la actual administradora de USAID, acuñó la palabra upstander, para describir a personas que habían alzado la voz en contra de actos de injusticia, discriminación y odio. Después del éxito del libro y de haber ganado un premio Pulitzer en 2003, la palabra upstander fue añadida a los diccionarios Oxford. Esta palabra generó en mí un impacto que va más allá de cualquier definición establecida en un diccionario.

Conocer la trayectoria de Samantha Power y analizar la forma tan humana y personal en la que ejerció su puesto como embajadora de Estados Unidos ante la ONU me hizo reflexionar sobre el verdadero objetivo de la diplomacia. La habilidad de escuchar a otra persona, ponerse en sus zapatos y llegar a un punto de acuerdo a pesar de las diferencias, es una habilidad que mi generación percibe como poco útil, sin sentido o incluso como una debilidad. Sin embargo, creo que en un mundo en el que estamos acostumbrados a la gratificación inmediata, el diálogo, el compromiso y la apertura para conocer puntos de vista distintos son mecanismos que nos permiten construir soluciones concretas y duraderas.

La historia de Power me inspiró a producir un podcast titulado Upstanders. En este espacio, invito a personas que han destacado y han generado un impacto positivo en sus comunidades desde diferentes áreas. He tenido el honor de platicar con legisladoras, diplomáticas, abogados litigantes, estudiantes y activistas de diferentes partes del mundo. Compartir sus historias y experiencias es la forma en la que intento acercar a otros jóvenes a una fuente de inspiración e identificación con la finalidad de que sepan que hay un sinfín de posibilidades para lograr sus objetivos y, al mismo tiempo, construir una sociedad justa, equitativa y sostenible.

Desde el punto de vista jurídico, he tenido la oportunidad de conocer a dos personajes que han cambiado la narrativa del Derecho en Estados Unidos y que, sin duda, representan una fuente de inspiración para abogadas y abogados mexicanos que buscan nuevas alternativas para solucionar muchos de los problemas que encontramos al momento de ejercer nuestra profesión en México. Por un lado, grabé un episodio con Lee Gelernt, subdirector del proyecto de inmigración en la Asociación Americana para las Libertades Civiles (ACLU), quien compartió su perspectiva sobre los casos de migración y solicitud de asilo en la frontera entre México y Estados Unidos. Hablamos sobre la necesidad de formar abogadas y abogados capaces de comprender y litigar en los sistemas jurídicos mexicanos y estadounidenses. De igual forma, abordamos la importancia de la participación ciudadana al momento de resolver conflictos. Gelernt resaltó que “un litigante puede hacer muchas cosas dentro de un tribunal, pero para lograr un cambio verdadero en la sociedad es necesario que todas las personas se unan y se opongan a las malas políticas”. Sin duda, esta conversación representa una oportunidad para replantear la forma en la que aprendemos y ejercemos el Derecho en México, pues la migración es uno de los temas más importantes en la agenda de la relación entre nuestro país y Estados Unidos.

Por otro lado, tuve el honor de conocer a Shana Knizhnik, abogada y escritora. En 2010, Knizhnik era una estudiante de Derecho en la Universidad de Nueva York y durante el periodo de decisiones de la Corte Suprema de Estados Unidos, identificó diversas opiniones disidentes de la Jueza Ruth Bader Ginsburg frente a una mayoría conservadora. A partir de esto, Shana decidió abrir el blog de Tumblr Notorious RBG, un espacio en el que compartió memes, ilustraciones y datos interesantes sobre el legado y el trabajo de Ginsburg en materia de equidad de género y derechos de las mujeres. Este blog se hizo viral entre las generaciones más jóvenes de Estados Unidos e hizo que RBG se convirtiera en un ícono cultural. Platicar con Shana fue una oportunidad única, debido a que pudimos compartir y contrastar experiencias personales sobre lo que implica estudiar Derecho en nuestros países. Al mismo tiempo, llegamos a la conclusión de que el gremio jurídico, por su naturaleza, es conservador y está basado en el precedente. Al mismo tiempo, desafiar y actualizar las normas jurídicas parece ser algo poco popular, sin embargo, necesitamos reconocer que el Derecho es un Derecho en acción. Nuestras leyes deben representar las ideas de las sociedades que intentan regir y es necesario de la participación multisectorial para conseguir que todas las personas tengan los mismos derechos y oportunidades.

En suma, Upstanders ha sido una experiencia que me ha permitido conocer a figuras que luchan por un mundo mejor desde diferentes perspectivas. Sin duda, el objetivo de este proyecto es y seguirá siendo poder transmitir a las juventudes una fuente de inspiración para que sepan que todas y todos podemos dejar un legado positivo en nuestra comunidad. Al mismo tiempo, busca ser un espacio de conciencia para conocer las problemáticas y obstáculos que enfrentamos como sociedad a nivel nacional y global.

Por último, mi tercera experiencia está relacionada con uno de los problemas más serios que enfrentamos en México: el tráfico ilícito de armas. Desde el año 2020, he tenido la oportunidad de formar parte del Consejo Interuniversitario Nacional de Estudiantes de Derecho A.C. (CINED), un grupo de estudiantes de diversas facultades y escuelas de Derecho en nuestro país. El CINED es un espacio que me ha permitido conocer más sobre la realidad de la profesión legal en México y he tenido el honor de conocer a jóvenes talentosos que buscan mejorar la situación actual de nuestro país. Una de las personas que más ha dejado un impacto en mi es Avril Ayala, creadora de una cuenta de Instagram titulada Iusparadummies. En ella, Avril comparte información con un lenguaje sencillo y divertido para que, personas que no necesariamente son abogadas, conozcan más sobre los temas más importantes a nivel jurídico.

En colaboración con el CINED y Iusparadummies, he tenido la oportunidad de difundir información y datos esenciales sobre un tema al que no se le ha dado mayor importancia en los medios de comunicación convencionales. Me refiero a la demanda interpuesta por el gobierno de México en contra de fabricantes y distribuidores de armas estadounidenses. En conjunto, hemos realizado posts y eventos que permiten a la ciudadanía conocer y comprender los detalles de este litigio. Hemos explicado desde cuáles son las armas que llegan de forma ilícita a nuestro país, hasta qué es un amicus curiae y la importancia que tienen estos escritos en un caso como este. Recientemente, tuvimos el honor de entrevistar para la revista abogacía a Alejandro Celorio Alcántara, Consultor Jurídico de la Secretaría de Relaciones Exteriores y la persona detrás de la demanda. Esta oportunidad nos permitió abordar la necesidad de expandir la promoción del estudio del Derecho internacional y la importancia de cuestionar la forma en la que México protege sus intereses. También, hablamos sobre las diferentes iniciativas y acciones que se han tomado en contra del tráfico ilícito de armas de Estados Unidos a México y de cómo plantearon una estrategia que no abordara temas relacionados con la segunda enmienda o el gobierno estadounidense al momento de redactar la demanda.

Esta experiencia no solo representó una oportunidad única para que las juventudes pudiéramos exponer nuestras dudas e inquietudes al funcionario público que representa a nuestro país en este litigio; sino que, además, logramos difundir este diálogo en una de las publicaciones más importantes del gremio jurídico en nuestro país. Nuestro objetivo es que la información sobre este litigio llegue a más personas, pues el tráfico de armas es la raíz de diversos problemas que enfrentamos en México como el narcotráfico, la inseguridad, los feminicidios, entre otros. El trabajo que hemos realizado desde el CINED y Iusparadummies representa la forma en la que las juventudes pueden utilizar las redes sociales y los medios de comunicación para generar conciencia y propiciar el diálogo sobre un problema que nos incumbe a todas y todos.

En conclusión, considero que estas tres experiencias representan la forma en la que me gustaría ejercer la profesión de abogado. Creo firmemente en la necesidad de abrir nuestra profesión a sectores que históricamente han sido desplazados e ignorados. Estoy convencido de que el diálogo, la inclusión y la empatía son herramientas que nos permiten solucionar conflictos de forma sostenible. Como estudiante de Derecho, siento una gran responsabilidad por transformar de forma positiva los espacios en los que me desempeño y considero que necesitamos ser esa representación y diversidad que tal vez no tuvimos al momento de crecer. La situación de nuestro país y del mundo nos obliga a ir más allá de las prácticas convencionales, necesitamos replantear la forma en la que enfrentamos obstáculos. Esto solo será posible a través de la diversidad, la empatía y el diálogo.

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Desde los Laboratorios para la Paz en el Centro Cultural Universitario en Tlatelolco, Paola Zavala nos platica sobre el impacto que puede tener el arte en la reinserción social y en la paz. Asísimismo, entre otro temas, nos platica...

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