abogacía ® es un medio comprometido con la consolidación de un espacio democrático para la difusión y la divulgación de ideas y opiniones. ¡Suscríbete!

Paola Zavala: arte y cultura para la paz

Desde los Laboratorios para la Paz en el Centro Cultural Universitario en Tlatelolco, Paola Zavala nos platica sobre el impacto que puede tener el arte en la reinserción social y en la paz. Asísimismo, entre otro temas, nos platica sobre el papel de la legislación en la construcción de paz.


Parece que nunca ha sido tan urgente hablar de paz en el país. En estos tiempos electorales, de polarización social y política, parecería que la paz es imposible. No obstante, a pesar de las consignas de muchas personas, en 2022 sostuviste que sí puede haber paz sin justicia y que es importante hablar de legislación para la paz. ¿Qué entiendes por legislación para la paz? ¿En qué consiste?

Paola Zavala – No existe el derecho constitucional a la paz. Puede sonar a los ositos cariñositos del derecho a la paz; pero, claro, que hay un derecho a la paz. Y la paz no sólo es la ausencia de violencia, sino la construcción de sociedades más equitativas, donde haya una serie de acciones específicas para mitigar los estragos de las violencias que se han vivido. Cuando existe el reconocimiento de un derecho en la Constitución, también estamos hablando de etiquetar presupuestos, de elaborar legislaciones secundarias, de hacer cosas a nivel municipal, estatal, federal; o sea, políticas públicas específicas, medibles con indicadores. En este sentido, al no reconocer el derecho a la paz y al seguir confundiendo paz con seguridad, estamos dirigiendo todos nuestros esfuerzos a la militarización, a la prohibición, a las cárceles, pero no hablamos acerca de cómo vamos a trabajar con 16 años… 18 años de guerra en México, con todos los perjuicios que esa situación ha producido, por ejemplo, en las infancias. No hablamos de cómo mitigar los estragos en los niños que han quedado huérfanos como consecuencia de esta guerra. No hay una sola política pública que atienda a las niñas y a los niños cuyos padres están en las cárceles. ¿Qué va a pasar con esos niños si ya sabemos que los círculos de violencia, que no se intervienen, crecen y se profundizan?

¿Qué es la paz para ti?

Para mí la paz es aceptar el conflicto y resolverlo respetando la dignidad humana.

¿La legislación vigente en cada materia abona a la paz? ¿Cómo legislar desde y para la paz?

Paola Zavala – Primero, hay que legislar con base en el reconocimiento político de que estamos inmersos en un conflicto armado —si no le queremos llamar guerra— que está alcanzando niveles históricos de homicidios y feminicidios como la expresión más grande de la violencia. Si no aceptamos que vivimos esa realidad y que las reducciones que se han dado —que se presumen de 20 por ciento— son insuficientes; cuando cada año suman más de 30,000 muertos en este país, no podemos avanzar hacia ese camino de la paz. Segundo, tenemos que entender las causas estructurales de los múltiples conflictos, como la violencia, la prohibición, la inequidad, la falta de acceso a la justicia, que propicia que mucha gente que detona violencia siga libre. También tenemos que irnos a ras del suelo y trabajar con las nuevas generaciones; por ejemplo, en la legislación en materia educativa: en las primarias, en las secundarias: ¿cómo resolver conflictos de manera no violenta? Hay que enseñar a no huir al conflicto; no se trata de que todos seamos amigos y de que nos abracemos, sino de que no nos matemos, de que sepamos respetar nuestras diferencias y de resolver nuestros conflictos de otra manera.

¿Cómo es el panorama en materia de legislación? ¿Hay propuestas? ¿Hay ideas?

Paola Zavala – Yo veo un panorama en el que no hay propuestas para la construcción de paz. Si acaso, hay sugerencias sobre seguridad que siguen repitiendo la misma fórmula: prohibir y castigar. Esa fórmula ya la conocemos: se trata de otorgar presupuesto a los militares para que persigan a los malos, los procesen las fiscalías, se vayan a los juzgados, y al final tengamos 98 por ciento de impunidad en México. Eso, evidentemente, ha sido un fracaso. El sistema penal es como un sistema digestivo al que le echamos todo, pero es insuficiente y no podemos ampliarlo para que procese todo lo que le arrojamos. Tenemos que poner un alto al fuego; debemos aceptar los conflictos y empezar a dialogar socialmente sobre cómo podemos hacerle frente a los problemas de manera masiva, no de uno en uno; claro que necesitamos que las personas perpetradoras de la violencia, sobre todo de la violencia más grave, se hagan responsables de sus actos, pero también necesitamos hablar de una disminución de la violencia de manera masiva.

¿Cómo construir paz en ese contexto? ¿Es posible? ¿Cómo contribuye la legislación a ese propósito?

Paola Zavala – A nivel internacional ha habido experimentos interesantes en países como Sudáfrica y Colombia, entre otros, que se han acercado a la justicia transicional. Primero, reconocen que están rebasados, porque como Estados no pueden hacerle frente a la violencia que se vive ni han logrado que todos los perpetradores de todas las violencias vayan a la cárcel. Necesitaban hacer un alto y ser honestos con las víctimas, en cuanto a que no todos los perpetradores irían a las cárceles porque éstas son insuficientes; mantener la esperanza de que así sería, era súper cruel. Segundo, se preguntan qué sí se puede hacer: identificar cuál es el problema social fundamental que ha detonado la violencia y quiénes, en el Estado, la han permitido. En México tenemos claro que el responsable es el narcotráfico y por eso tenemos que saber quiénes son los principales narcotraficantes, cómo operan sus cárteles, cuáles son sus motivaciones y cómo podemos incidir para que los mayores perpetradores vayan a la cárcel y aceptar que para los otros haya alternativas distintas.

Tenemos que asumir que viene una nueva generación que no ubica a un país sin militares en las calles; ya tenemos 18 años en esas circunstancias. A los jóvenes les estamos hablando de un país que no conocen cuando nos referimos a la desmilitarización. ¿Cómo podemos decirles que eso es posible? Debemos volver a una sociedad en la que no había lugar para este tipo de violencias, en la que ya no justifiquemos socialmente la violencia con más violencia.

En América Latina hay proyectos como el de Bukele que parecen ser eficientes, a pesar de las violaciones a derechos humanos que implican. ¿No sería una forma óptima de construir paz en un contexto de violencia como el que vive México?

Paola Zavala – Todos los candidatos a la Presidencia proponen el modelo de Bukele. Claudia Sheinbaum se dice antipunitivista, presume cómo trabajó en la Ciudad de México, pero la realidad es que 70 por ciento de las mujeres en prisión no tienen una sentencia. Prevalece el mismo modelo de siempre: acusar sin probar y meter a la cárcel las personas sin un juicio por medio de la prisión preventiva oficiosa. Esto tiene muchas cosas que pueden parecer buenas y que a lo mejor funcionan en el corto plazo.

En México ese sistema no es replicable. Xóchitl Gálvez dice que va a construir más cárceles; Jorge Máynez dice que va a meter a todos los delincuentes a la cárcel, como lo hace Bukele. Está bien. ¿Cuánto más vamos a invertir en este problema? ¿Cuánto le hemos invertido a la Guardia Nacional y aun así, con el país militarizado, tenemos 98 por ciento de impunidad? Entonces, ¿cuántas megacárceles necesitamos para seguir ese modelo? A mí me parece bien que se priorice la acción punitiva del Estado. Esto es bien importante que lo entienda la gente. ¿Cuál es la diferencia entre ser anticarcelario y ser antipunitivo? Ser antipunitivo significa decirle al Estado que no todo lo va a resolver encarcelando a las personas. Tenemos que explorar otras vías, porque incrementar las penas no va a resolver el problema, ni tampoco lo va a hacer la práctica legislativa de generar más tipos penales. Claro que hay conductas que son tan graves que merecen la cárcel: desapariciones forzadas, trata de personas, tortura, homicidio, violaciones, secuestro, feminicidio.

Vamos a darle todas las facultades penales al Estado y vamos a exigirle cuentas sobre los indicadores; por ejemplo, vamos a exigirle que disminuya radicalmente los homicidios, los feminicidios, las desapariciones, la trata, la tortura; entonces sí podríamos estar hablando de un sistema penal que funcione. Eso es lo que está intentando hacer Bukele. Yo no estoy de acuerdo con sus métodos, pero lo ha logrado porque las circunstancias de El Salvador, que es un país mucho más pequeño, donde los maras son mucho menos poderosos que los grupos del narcotráfico en México, con mucho menos dinero, están plenamente identificados. En nuestro país tenemos que explorar otras vías. Hay filas de personas dispuestas a entrar al narcotráfico: ¿cómo vamos a desincentivar a las juventudes que quieran enrolarse en el narco y cómo vamos a evitar que sean cooptadas por esta actividad ilícita? Para el narcotráfico, estos jóvenes son desechables: si los meten a la cárcel o si los matan, hay otros, y van por otros más que voluntariamente, siguiendo los estereotipos de éxito asociados a esa actividad criminal, quieren ser parte de su red. ¿Cómo vamos a resolver ese problema?

REGÍSTRATE PARA SEGUIR LEYENDO

Continúa disfrutando de nuestros contenidos sin interrupciones. Si ya tienes una cuenta con nosotros, inicia sesión.

Ana Gabriela Fernández: Música, migración y modernidad

Desde el diseño de un programa musical hasta la interpretación de la obra de un compositor, el quehacer de un artista conlleva la construcción de una narrativa e implica, necesariamente, un diálogo. ¿Qué nos cuenta la obra de un...

Newsletter

Recibe contenidos e información adicional en tu bandeja de entrada.

.