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La nueva exigencia corporativa

Un análisis en profundidad sobre el papel transformador de los «bonos verdes» en la mitigación del cambio climático, su potencial para respaldar iniciativas sostenibles y su prominencia en el panorama financiero global.


El cambio climático cada vez es más alarmante, pues exige de la humanidad un papel activo para contrarrestar o prevenir sus catastróficos efectos. Si bien hay un papel que se debe cumplir individualmente, quienes tienen la oportunidad de aportar más a la acción climática son las grandes empresas. Por eso se requiere de ellas un mayor compromiso que se traduce en distintas prácticas corporativas consideradas socialmente responsables. Durante muchos años se ha ido construyendo un concepto de responsabilidad social corporativa pasiva, que ya no es aceptable, pues ahora se requieren acciones positivas, particularmente en materia de medio ambiente. Una de las formas de incentivar a las grandes empresas para que se sumen a esas tareas son los “bonos verdes”.  

Los bonos verdes son un tipo de deuda temática por virtud de los cuales la emisora obtiene financiamiento del público inversionista para realizar proyectos con conciencia ambiental. Su característica principal es que los proyectos financiados son socialmente responsables en materia climática. Entre los bonos temáticos, que también incluyen a los bonos sociales y a los bonos sostenibles, los bonos verdes son los de mayor relevancia nacional e internacional. De acuerdo con Climate Bonds Initiative, una organización internacional dedicada a la certificación y estandarización del mercado global para la acción climática, el valor del mercado de bonos verdes asciende a 635,700 millones de dólares en lo que va del año. Cabe mencionar que, sumados a los bonos temáticos, se encuentran los bonos ligados a la sostenibilidad, que no tienen como finalidad el financiamiento de proyectos en concreto, sino que sirven para alcanzar, de manera general, los objetivos de las emisoras en materia de sostenibilidad. Juntas, estas cuatro clasificaciones de bonos suman lo que se conoce como bonos esg, que acumulan 10 por ciento del mercado global de bonos, de los cuales los verdes representan la mayoría. 

Los bonos verdes constituyen una oportunidad de fondeo inmesurada. Por ejemplo, NextGenerationEU, el programa de financiamiento de la Comisión Europea, ha emitido un total de 35,000 millones de euros en bonos verdes. Y, representando a América Latina, México se posiciona como el tercer emisor emergente, con 6,300 millones de dólares en bonos sociales y sustentables. A pesar de esto, más de 50 por ciento del mercado de bonos sustentables en México está a cargo del gobierno o de la banca de desarrollo.

La empresa privada mexicana debe comenzar a interesarse por la tendencia global y sumarse a los esfuerzos públicos de financiar proyectos sostenibles.

Jimena Ávalos: Género y Derecho

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