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Espacio fiscal y costo financiero

A partir de la aprobación del Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación, aprobado por la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública del Congreso de la Unión, Ismael Dionisio Valverde Ambriz analiza lo que considera el talón de Aquiles del presupuesto público 2023: el espacio fiscal y el costo financiero.


Al tiempo de escribir este artículo la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública del Congreso, presidida por el diputado Erasmo González (del Movimiento de Regeneración Nacional), aprobó en lo general y en lo particular el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) para el 2023, dejando pendientes para la discusión las más de 2,000 reservas. 

El proyecto contempla un gasto neto total de 8 billones 299 mil 674 millones 800 mil pesos, cifra que, para fines prácticos, se puede redondear en 8.3 billones de pesos, lo que representa 26.4 por ciento del producto interno bruto (PIB) y un incremento del 11.6 por ciento respecto del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) de 2022. En este tenor, vale la pena hacer notar el estado de las finanzas públicas, así como la complejidad que representa el apretado espacio fiscal esperado para el año entrante.

¿Qué es el espacio fiscal?

Comencemos con un tema de vital importancia: definir el espacio fiscal. Éste puede definirse como el “espacio” en el presupuesto gubernamental que permite llevar a cabo políticas públicas sin poner en peligro la sostenibilidad financiera ni la estabilidad económica. De acuerdo con esta idea, el espacio fiscal es necesario si un gobierno quiere poner a disposición recursos adicionales para gastos que promuevan el crecimiento económico. 

Un gobierno puede crear este espacio fiscal de diversas maneras: 1) aumentando los impuestos, 2) asegurando subvenciones externas, 3) recortando gastos de menor prioridad, 4) tomando prestados recursos del exterior o 5) tomando prestado del sistema bancario (lo que significa una expansión de la oferta monetaria). El único requisito es que el espacio fiscal debe crearse sin comprometer la estabilidad macroeconómica y la sostenibilidad fiscal, asegurándose de que el país tiene la capacidad, a corto y largo plazos, para financiar sus programas de gasto, así como para pagar su deuda.

¿Cómo se puede lograr, al menos en la teoría, esta complicada tarea? El gobierno debe garantizar que el mayor gasto a corto plazo, incluido los gastos recurrentes y el mantenimiento requerido por una inversión, pueda financiarse con los ingresos actuales y futuros. 

Si este espacio fiscal se financia con deuda, se deben tomar en cuenta dos elementos fundamentales. El primero es que el gasto debe evaluarse con base en sus efectos sobre la tasa de crecimiento y la capacidad de generación de ingresos del país. En otras palabras, si la deuda crece 2 por ciento, la tasa de crecimiento del pib y del ingreso nacional debe ser mayor a ese 2 por ciento. El segundo es que el gobierno debe asegurarse de que el aumento de los gastos en un área que vale la pena (por ejemplo, salud o educación) no desplazará en última instancia el gasto productivo en otros lugares.

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El espacio fiscal en México

Para calcular el espacio fiscal es necesario conocer el monto de dos conceptos de las finanzas públicas: los ingresos presupuestarios y los gastos ineludibles del gobierno (las pensiones, los ramos generales, la nómina del gobierno federal, los entes autónomos, las empresas productivas del Estado, las entidades de control directo, las participaciones y el muy importante costo financiero de la deuda). 

El monto de los ingresos presupuestarios se estima en 7 billones 123 mil 474 millones de pesos para 2023, y los gastos ineludibles para 2023 ascienden a 6 billones 496 mil 36 millones 800 mil pesos, lo que deja un espacio fiscal de 627 mil 437 millones 200 mil pesos, cifra que representa el 2 % del PIB, la cual es menor respecto del año pasado, cuando fue del 2.1 por ciento.

 2022202220232023
 mdp% PIBmdp% PIB
PIB30,547,838.2 31,380,942.7
Ingresos presupuestarios6,476,141.721.27,123,474.022.7
Gastos ineludibles5,839,207.519.16,496,036.8020.7
Espacio fiscal636,934.22.1627,437.22.0
Cuadro 1. México: espacio fiscal (2022-2023), millones de pesos. Fuente: CIEP, 2022.

Si recordamos, dos de las fuentes para incrementar el espacio fiscal son aumentar impuestos y recortar gastos. Pues bien, de acuerdo con el informe del tercer trimestre de 2022 de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), la recaudación tributaria ascendió a 2.9 billones de pesos, lo que superó al estimado por 235,000 millones de pesos. Esto se debió a que se produjo un crecimiento real a tasa anual del impuesto sobre la renta (+ 14.5 por ciento), del impuesto al valor agregado (+ 1.8 por ciento) y de los impuestos por importaciones (+ 23.8 por ciento). En otras palabras, se han incrementado los ingresos por impuestos.

Pero el gobierno también ha instrumentado la reducción del gasto con tres ajustes: 1) se ha ido reduciendo la nómina del gobierno federal, al punto que representará 4.9 por ciento del gasto neto total para 2023 (de 5.9 por ciento en 2018); 2) la eliminación de programas públicos (lo que representa un aspecto negativo, pues éstos detonaban la inversión regional y generaban crecimiento económico), el recorte de presupuesto al Fondo de Desastres Naturales (Fonden) y al Fondo de Aportaciones para los Servicios de Salud (FASSA) y, finalmente, el agotamiento del Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios (FEIP) y del Fondo de Estabilización de los Ingresos de las Entidades Federativas (FEIEF); 3) se plantea la disminución del presupuesto destinado al mantenimiento de centrales generadoras de electricidad y para los contratos de generación de electricidad con entes privados.

Fuente: elaboración propia con base en los informes trimestrales de la SHCP, varios años, 2022.

Lo interesante de todo esto es que, a pesar de que el gobierno ha instrumentado estas dos medidas, el espacio fiscal no se ha ampliado; todo lo contrario: se ha reducido. ¿Cuál es la razón? Podemos encontrarla en la estructura de los gastos ineludibles del gobierno  es decir, en el incremento en términos reales del gasto en pensiones (+ 12.8 por ciento), en aportaciones y participaciones (+ 10.5 por ciento), en las entidades de control presupuestario directo (ECPD) y en las empresas productivas del Estado (EPE) (+ 0.2 por ciento) y, finalmente en la deuda (+ 30 por ciento), que representa el aumento más significativo. Y esto sólo respecto de 2022. Vale decir que los gastos ineludibles del gobierno representan 78.3 por ciento del presupuesto neto total. Así, el incremento de los gastos ineludibles significa la reducción paulatina del espacio fiscal. Menos espacio fiscal significa menos política pública en educación, salud e infraestructura productiva.1

Costo financiero de la deuda

Como elemento sustancial, tomando en consideración que el gasto en deuda se incrementará 30 por ciento en términos reales para 2023, se puede señalar que el costo financiero de la deuda alcanzará 3.6 por ciento del PIB para ese año, lo que implica un máximo desde 1995. El incremento no es menor, pues significa un gasto de 1.12 billones de pesos, es decir, menos espacio fiscal. Esto quiere decir, en estricto sentido, que el gobierno sólo está recortando gasto productivo (espacio fiscal) y endeudándose.

Fuente: SHCP/CIEP, 2022.

Un aspecto que salta a la vista de forma inmediata es que si no se alcanza el crecimiento estimado en el PIB (+ 2.4 por ciento) y en los ingresos presupuestarios (+ 10 por ciento), el costo financiero de la deuda representará un verdadero reto para las finanzas públicas. Y puesto que es imposible recortar en los “gastos ineludibles” del gobierno, los recortes seguirán dándose en los sectores más importantes: salud, educación e infraestructura, así como en fondos y fideicomisos que estimulan la inversión regional y fomentan la generación de ingresos para el gobierno federal. 

Otro riesgo para el costo financiero lo representa la inflación, pues implica el aumento de las tasas de interés (al momento de escribir este artículo la Reserva Federal incrementó la tasa de política monetaria en 75 puntos base, y el Banco de México lo hizo en el mismo monto) y el consecuente incremento en el costo financiero, tanto en monto a pagar como respecto del PIB. Y es que el gobierno ya no podría endeudarse más, pues existe el techo de deuda. Así que ante un crecimiento menor al esperado, o ante el incremento sostenido de las tasas de interés, sólo se podrá seguir reduciendo el espacio fiscal.

Si recordamos, dos de las fuentes para incrementar el espacio fiscal son aumentar impuestos y recortar gastos. Pues bien, de acuerdo con el informe del tercer trimestre de 2022 de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), la recaudación tributaria ascendió a 2.9 billones de pesos, lo que superó al estimado por 235,000 millones de pesos. Esto se debió a que se produjo un crecimiento real a tasa anual del impuesto sobre la renta (+ 14.5 por ciento), del impuesto al valor agregado (+ 1.8 por ciento) y de los impuestos por importaciones (+ 23.8 por ciento). En otras palabras, se han incrementado los ingresos por impuestos.

Pero el gobierno también ha instrumentado la reducción del gasto con tres ajustes: 1) se ha ido reduciendo la nómina del gobierno federal, al punto que representará 4.9 por ciento del gasto neto total para 2023 (de 5.9 por ciento en 2018); 2) la eliminación de programas públicos (lo que representa un aspecto negativo, pues éstos detonaban la inversión regional y generaban crecimiento económico), el recorte de presupuesto al Fondo de Desastres Naturales (Fonden) y al Fondo de Aportaciones para los Servicios de Salud (FASSA) y, finalmente, el agotamiento del Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios (FEIP) y del Fondo de Estabilización de los Ingresos de las Entidades Federativas (FEIEF); 3) se plantea la disminución del presupuesto destinado al mantenimiento de centrales generadoras de electricidad y para los contratos de generación de electricidad con entes privados.

Fuente: elaboración propia con base en los informes trimestrales de la SHCP, varios años, 2022.

Lo interesante de todo esto es que, a pesar de que el gobierno ha instrumentado estas dos medidas, el espacio fiscal no se ha ampliado; todo lo contrario: se ha reducido. ¿Cuál es la razón? Podemos encontrarla en la estructura de los gastos ineludibles del gobierno  es decir, en el incremento en términos reales del gasto en pensiones (+ 12.8 por ciento), en aportaciones y participaciones (+ 10.5 por ciento), en las entidades de control presupuestario directo (ECPD) y en las empresas productivas del Estado (EPE) (+ 0.2 por ciento) y, finalmente en la deuda (+ 30 por ciento), que representa el aumento más significativo. Y esto sólo respecto de 2022. Vale decir que los gastos ineludibles del gobierno representan 78.3 por ciento del presupuesto neto total. Así, el incremento de los gastos ineludibles significa la reducción paulatina del espacio fiscal. Menos espacio fiscal significa menos política pública en educación, salud e infraestructura productiva.1

Costo financiero de la deuda

Como elemento sustancial, tomando en consideración que el gasto en deuda se incrementará 30 por ciento en términos reales para 2023, se puede señalar que el costo financiero de la deuda alcanzará 3.6 por ciento del PIB para ese año, lo que implica un máximo desde 1995. El incremento no es menor, pues significa un gasto de 1.12 billones de pesos, es decir, menos espacio fiscal. Esto quiere decir, en estricto sentido, que el gobierno sólo está recortando gasto productivo (espacio fiscal) y endeudándose.

Fuente: SHCP/CIEP, 2022.

Un aspecto que salta a la vista de forma inmediata es que si no se alcanza el crecimiento estimado en el PIB (+ 2.4 por ciento) y en los ingresos presupuestarios (+ 10 por ciento), el costo financiero de la deuda representará un verdadero reto para las finanzas públicas. Y puesto que es imposible recortar en los “gastos ineludibles” del gobierno, los recortes seguirán dándose en los sectores más importantes: salud, educación e infraestructura, así como en fondos y fideicomisos que estimulan la inversión regional y fomentan la generación de ingresos para el gobierno federal. 

Otro riesgo para el costo financiero lo representa la inflación, pues implica el aumento de las tasas de interés (al momento de escribir este artículo la Reserva Federal incrementó la tasa de política monetaria en 75 puntos base, y el Banco de México lo hizo en el mismo monto) y el consecuente incremento en el costo financiero, tanto en monto a pagar como respecto del PIB. Y es que el gobierno ya no podría endeudarse más, pues existe el techo de deuda. Así que ante un crecimiento menor al esperado, o ante el incremento sostenido de las tasas de interés, sólo se podrá seguir reduciendo el espacio fiscal.

  1. Esto es importante, pues si bien dentro de la infraestructura se puede considerar el Tren Maya con un incremento a tasa anual real de 116.6 por ciento, muchos analistas han puesto dudas sobre su rentabilidad de corto y largo plazos y su capacidad de generación de recursos para el Estado.[][]

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