Decana de la reconocida IE Law School y especialista en derecho comparado y métodos de enseñanza del derecho, Soledad Atienza nos ofrece en esta entrevista sus reflexiones sobre las tendencias actuales en la práctica de la abogacía en Europa, así como acerca de las diferencias que advierte en los modelos educativos que existen en nuestro país y los desafíos que presenta la realidad global para la formación de las nuevas generaciones de abogados.
¿Cuáles son las tendencias actuales en la práctica legal en Europa?
Soledad Atienza – Desde España vemos como tendencias claves actuales de la abogacía la internacionalización y la transformación digital. La internacionalización es, en parte, resultado de la globalización de la sociedad y de la economía, pues los clientes que buscan asesoramiento jurídico cada vez participan más en operaciones transnacionales y buscan asesoría jurídica internacional. Por otro lado, la forma de ejercer el derecho —en particular, la abogacía de negocios— sigue cada vez más el modelo uniforme internacional. En particular, el modelo anglosajón; por ejemplo, en la redacción de los contratos.
En relación con la tecnología, la abogacía en Europa se encuentra inmersa en un proceso de digitalización que además el Covid-19 ha acelerado en muchos casos.
¿Qué impacto tiene la tecnología en el ejercicio de la abogacía?
Soledad Atienza – Hay que entender este impacto en dos sentidos: la tecnología para los servicios jurídicos y el derecho de la tecnología como práctica de la abogacía. Por una parte, la inteligencia artificial y la digitalización contribuyen a que los servicios jurídicos sean más eficientes y se pueda alcanzar una mayor satisfacción de los clientes. Por otra parte, muchos clientes de los despachos de abogados, a su vez, están inmersos en un proceso de transformación digital, y el tipo de asesoría jurídica que buscan está relacionado con esta transformación. Prácticas como el derecho de la tecnología, la protección de datos, la privacidad, la ciberseguridad o la regulación de la inteligencia artificial son algunas de las que mayor demanda tienen.
En materia de diversidad e inclusión, ¿cuáles son las tendencias actuales al momento de hacer negocios?
Soledad Atienza – La diversidad y la inclusión son temas de máxima actualidad entre las grandes firmas de la abogacía de los negocios. Es uno de los temas que recoge el Financial Times en su reportaje sobre “Innovative Lawyers”1 y ha sido también uno de los temas de debate en la reciente conferencia anual de la International Bar Association. Ya son muchos los despachos de abogados y las asesorías jurídicas que tienen políticas de diversidad y de inclusión y que implementan políticas en esa dirección. Muchas veces esto está motivado por una demanda de los clientes, quienes buscan servicios jurídicos en firmas que puedan ofrecer esta diversidad.
En este sentido, ¿qué líneas de acción trabajan en su institución?
Soledad Atienza – Para la Facultad de Derecho de IE Law School, que se distingue por ser una escuela de derecho global y multidisciplinar, la diversidad es un pilar clave. Nosotros entendemos la diversidad de la manera más amplia, desde la diversidad de nacionalidades de estudiantes y profesores, hasta la diversidad de sistemas jurídicos en los cuales formamos a los estudiantes y en los que terminarán ejerciendo la abogacía nuestros graduados. Esta diversidad implica, además, formas distintas de pensar y de trabajar, y aporta una enorme riqueza en el conjunto de las habilidades de estudiantes y profesores que provienen de diferentes sistemas educativos.
¿Cuáles son los dinamizadores actuales de la formación jurídica y qué diferencias observa entre América y Europa en la formación del derecho?
Soledad Atienza – Paralelamente a las tendencias de la práctica de la abogacía, yo destacaría la internacionalización de la enseñanza del derecho y la digitalización de la formación jurídica. Son muchas las facultades de derecho que están introduciendo algunos elementos de internacionalización, impulsadas por la internacionalización de la práctica de la abogacía y también por la ambición de ofrecer una formación internacional comparable a la que se ofrece ya en muchas otras disciplinas. Los elementos de la internacionalización de la enseñanza del derecho son muchos y van desde acuerdos de intercambio hasta acuerdos más profundos como el que acabamos de firmar entre las facultades de derecho del Instituto Tecnológico Autónomo de México y la IE Law School de España para formar abogados que puedan ejercer el derecho en ambos países. El reciente informe publicado por la International Bar Association y la Law School’s Global League, “Blueprint on Global Legal Education”2 recoge ésta y otras tendencias de la formación jurídica.
En Europa continental, la forma de enseñar derecho responde a los sistemas jurídicos de derecho civil, y en los países anglosajones, responde a los sistemas de common law. Ésta es una de las razones por las que en Europa continental son muy pocas las facultades de derecho que utilizan el método del caso o el método socrático para enseñar derecho. En Europa continental, la formación jurídica se basa, en su mayoría, en el estudio de los manuales y en lecciones magistrales. Pero ya hay algunas facultades de derecho en Europa que introducen otros métodos, como el método del derecho comparado, o el método de la resolución de problemas, como base de su enseñanza.
Hablemos de la formación presencial vs. en línea. ¿Tienen el mismo valor?
Soledad Atienza – Las instituciones académicas, entre ellas las facultades de derecho, se encuentran inmersas en una transformación tecnológica que se ha visto acelerada por la pandemia. Todas las facultades han tenido que dar el paso a la enseñanza on line en un tiempo récord, llevando a cabo una inmersión en tecnología mucho más rápida de la que hubieran previsto en un contexto anterior al Covid-19. Una vez que se llevó a cabo esta primera etapa de adaptación digital, algunas universidades han dado un paso más sofisticando los métodos de enseñanza. En particular, la enseñanza híbrida, que combina la digital y la presencial, es uno de los modelos que han surgido en el contexto actual y que probablemente permanecerá en el futuro.
El paso que pocas facultades de derecho han dado implica incluir la tecnología en los programas jurídicos, tanto contenidos como programación, análisis de datos y transformación digital, como el uso de la tecnología para los servicios jurídicos.
¿Cuáles son las habilidades más demandadas para los profesionales del derecho del siglo XXI?
Soledad Atienza – Entre las habilidades relevantes yo destacaría trabajar en equipo y hacerlo en entornos de presión, además de trabajar en entornos diversos. Para formar profesionales que tengan estas habilidades es necesario, por una parte, introducir cursos directamente orientados a estas habilidades y, por otra, que estén presentes en las asignaturas jurídicas; por ejemplo, motivando a los alumnos a trabajar en equipo.
¿Qué actividades generan valor para una firma legal y son atractivas a la hora de atraer talento?
Soledad Atienza – Yo destacaría la participación en clínicas jurídicas y en competiciones internacionales. Estas actividades, que además forman a los estudiantes en habilidades como el trabajo en equipo, se pueden ofrecer en formato digital y son algunas de las actividades que se han podido llevar a cabo en este curso académico a pesar de las limitaciones sociales.
Las clínicas jurídicas ofrecen un aprendizaje experiencial con clientes reales y además tienen un enfoque social de la abogacía. Las competiciones internacionales, que exigen un alto grado de compromiso y esfuerzo a los alumnos, siempre dejan una gran satisfacción en los participantes y les permiten trabajar con estudiantes de otras universidades.
Finalmente, ¿cuál es su visión de la Escuela de Derecho de la IE Law School a mediano plazo?
Soledad Atienza – Creo que la formación jurídica será cada vez más globalizada y estará más conectada con otras disciplinas. Desde la IE Law School apostamos por un modelo de facultad de derecho global, diversa y multidisciplinar.
